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Ciudades Interculturales
Interculturalidad en México: avances y perspectivas hacia una sociedad inclusiva

Presentación del Manual de Ciudades Interculturales: Guía sobre la construcción y reconocimiento municipal y metropolitano
Ciudades Interculturales
© Guía sobrea la construcción y reconocimiento municipal y metropolitano

De acuerdo con la OIM, la migración irregular hacia México se ha incrementado cerca de 244% entre 2019 y 2022, alcanzando este último año cerca de medio millón de migrantes internacionales (2022). Históricamente, aunque México siempre se ha considerado como país de paso y origen de grupos migrantes, las tendencias en cuestión de movilidad humana se han transformado significativamente en la última década. Hoy en día, México no solo es país de paso, sino que también se ha convertido en lugar de destino para muchas familias. Entonces, ante la nueva realidad sociocultural que se vive, es imprescindible cuestionarnos, ¿cómo se pueden desarrollar nuevas políticas interculturales y cuál es la distinción que se le atribuye a este concepto de integración?

En la Fundación Friedrich Naumann, junto con Sin Fronteras IAP, reconocemos la urgente necesidad de seguir promoviendo acciones a favor del reconocimiento de la interculturalidad y su implementación dentro de las distintas dimensiones que le competen a la sociedad mexicana. Así surge el manual “Ciudad Intercultural: Guía sobre la construcción y reconocimiento municipal y metropolitano”, que busca funcionar como un documento de orientación para actores tomadores de decisiones en este ámbito y que tengan aspiraciones de integrarse al Programa de Ciudades Interculturales del Consejo de Europa.

¿Por qué interculturalidad y no multiculturalidad?

Aunque de forma tradicional el concepto de multiculturalidad había permeado el discurso social sobre la inclusión, este ha quedado casi obsoleto. En los últimos años, se ha llegado a la conclusión de que las realidades multiculturales son mucho más complejas y se debe priorizar una perspectiva mucho más holística: la integración a través de la interculturalidad, tal cual ha sido señalado por el Consejo de Europa.

Ante este panorama, México, en calidad de miembro observador de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, ha demostrado un interés creciente en incorporar prácticas interculturales en sus políticas públicas, instituciones y la sociedad en general. Así fue como, en 2010, la Ciudad de México se convirtió en la primera Ciudad Intercultural reconocida por el Consejo de Europa. Este hito marcó un paso importante en el desarrollo de estrategias, acciones y proyectos orientados a atender las necesidades de los grupos en situación de movilidad.

Este alcance, casi novedoso en el contexto mexicano y, que se ha visto favorecido por el interés y acercamiento hacia el Programa de Ciudades Interculturales, entabla conversaciones de justicia social a través del reconocimiento y celebración de la diversidad. Así, los distintos y cambiantes contextos que se encuentran en evolución y permean la vida diaria adoptan una postura en la que el bien común logra asociarse a la presencia de distinciones culturales que se viven y transforman constantemente.

¡Latinoamérica tiene una nueva ciudad intercultural!

La reciente integración del Municipio de Guadalupe, Nuevo León, como Ciudad Intercultural reconocida por el Consejo de Europa es, sin duda, otro caso de éxito que debe celebrarse. Tomando en cuenta la reforma constitucional del Estado en 2022, Guadalupe se ha posicionado como ciudad clave para salvaguardar los derechos de las personas en situación de movilidad humana y que ha recibido acompañamiento desde Sin Fronteras y la Fundación para su reconocimiento.

Los cambios hacia políticas de interculturalidad más efectivas no se limitan únicamente a una transformación en la narrativa social para eliminar estereotipos raciales. La participación en este programa implica la evaluación de resultados a través de un índice intercultural, lo que permite identificar áreas de oportunidad para mejorar las políticas públicas en todas las dimensiones: desde el acceso a espacios y servicios públicos, oportunidades laborales, educación, hasta el acceso a la salud, y en general, la garantía de los Derechos Humanos.

Gracias a este reconocimiento, México se acerca a establecer bases jurídicas que agregan a la capacidad democrática, de derechos y libertades individuales capaces de entender las diferencias culturales. Dentro de este marco, la creciente tendencia de grupos migratorios tomando México como país de paso y destino, obliga a que la distinción de diversidades culturales se fomente dentro de un espacio de interacción, diálogo y coexistencia.

Políticas integrales

En este sentido, se están implementando estrategias que valoran la diversidad sociocultural. Éstas no sólo se centran en programas sociales para grupos en situación de movilidad humana, sino también buscan cambios en la administración gubernamental, en la comunicación social y en la participación de la sociedad civil. Un ejemplo concreto es la publicación de la Ley de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana de la Ciudad de México en 2011. Esta ley representa un marco normativo que impulsa distinciones interculturales y busca mejorar la cohesión social.

Es innegable, el tejido social, entre muchas realidades, necesita de una perspectiva intercultural para lograr la verdadera inclusión de los distintos grupos que la integran. Esto implica ir más allá del discurso multicultural y abrazar el concepto más amplio de interculturalidad. En este marco, diversas identidades comparten un mismo espacio, reconocen y respetan mutuamente su derecho a coexistir. Esto da lugar a interacciones positivas y contribuye al desarrollo nacional, siempre y cuando se respalde mediante políticas públicas y se garantice la prioridad de los Derechos Humanos para todos.

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