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Economía
Inversiones en el Mediterráneo. Europa y África mano a mano

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Si hay una certeza desde 2020 es que la situación económica global es cambiante e inestable, y esto dificulta la proyección sobre el clima de inversiones. En los últimos años, hemos visto cómo proyectos prometedores se han visto afectados por una pandemia mundial. Por otro lado, como ocurre generalmente, también han surgido oportunidades de negocio. En este contexto, ¿cuál es el futuro de las inversiones? El mercado mundial de bienes y servicios ha evolucionado de forma vertiginosa. Las tendencias de consumo han cambiado, ha habido variaciones en los precios y algunos países incluso han salido fortalecidos de la crisis sanitaria. En este artículo, hemos elaborado un estudio sobre el clima de inversión desde 2022 en la región del Mediterráneo y norte de África, para que las personas o las empresas puedan diversificar su patrimonio, sus productos, sus inversiones y obtener una mayor rentabilidad.

Tras la pandemia de la COVID-19, gran parte de países del Mediterráneo y Norte de África no han cesado en su intento de revitalizar su economía y sus instituciones para ser más competitivos, más digitales y más resistentes. Hasta el momento, el Mediterráneo está experimentando una recuperación económica fuerte pero desigual. Para protegerse del riesgo de perder este impulso y adquirir mayor autonomía frente a países inversores como China y Estados Unidos, Europa y África necesita desarrollar modelos de capitalismo más responsables y sostenibles para seguir fortaleciendo sus economías, sus empresas y sus regiones. Además, la región debe asegurarse de que estos modelos sean realmente competitivos, que beneficien a todas las partes involucradas y atraigan la inversión nacional y extranjera.

Bósforo

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Sectores con oportunidad de inversión

A pesar de los esfuerzos de la Unión Europea, hoy en día, la región no se percibe como un mercado único a los ojos de los inversores extranjeros, para los que cada mercado nacional requiere conocimientos especializados. Para hacer su mercado más legible para los inversores extranjeros y potenciar así su capacidad de atraer capitales, Europa debe trabajar en la estandarización en sus distintos Estados miembros, ya sea en la regulación bancaria, fiscal u otros temas. También hay que tener en cuenta que se desarrolla en un contexto de recursos limitados y grandes luchas geopolíticas.

El mediterráneo desempeña un papel muy relevante dentro del mercado común de la Unión Europea. Recordemos que cuenta con una importante industria del turismo y del sector servicios. La región mediterránea, conformada por 24 países, concentra el 20 % de la capacidad mundial de alojamiento hotelero y ofrece más de 10.000 destinos y unos 100.000 hoteles.

Cuatro países mediterráneos se encuentran entre los principales destinos turísticos del mundo: Francia, España, Italia y Turquía. Adicionalmente Marruecos, Túnez y Egipto lideran las listas de los países más visitados del continente africano.  El Mediterráneo es la principal zona turística del mundo y representa alrededor del 30 % de los ingresos mundiales por turismo (Organización Mundial del Turismo https://www.e-unwto.org/). El turismo mediterráneo sigue siendo un sector irregular y fragmentado, y por ello precisamente ofrece un fuerte potencial de renovación hacia un turismo más sostenible, verde y tecnológico.

Sabemos que las tecnologías de la información desempeñan un papel muy importante en el crecimiento de las empresas de todos los sectores. Se ha comprobado que el acceso a la información de los ciudadanos depende del nivel de educación, de la calidad de las infraestructuras, de la cobertura de los medios de comunicación y de los sistemas de telecomunicaciones que ofrece cada país. Por lo tanto, los países mediterráneos con un incipiente desarrollo digital resultan muy atractivos para la inversión tecnológica extranjera.

España y el Mediterráneo: una posición estratégica

Desde el año 2020 se han fortalecido las estructuras de las exportaciones de los países de la cuenca mediterránea. Uno de los sectores que han explosionado como consecuencia de las restricciones de la pandemia ha sido el sector logístico, posibilitador de todo el comercio electrónico que se mueve de forma global y, especialmente, de oriente a occidente.  

En este sentido, España se posiciona como una de las principales plataformas logísticas del comercio internacional proveniente tanto de Asia como de las Américas, lo que promueve un clima comercial muy favorable para los inversores. De acuerdo al índice de confianza de FDI (Inversión Extranjera Directa, por sus siglas en inglés) de la consultora Kearney, Francia, Italia y España se encuentran entre los 10 países preferidos por los inversores a nivel global. Como cada año, los inversores se inclinan por los mercados más desarrollados y estables. Sin embargo, en el sur del Mediterráneo existen mercados en desarrollo con unos sectores industriales florecientes y de gran interés para la inversión.  Marruecos, Turquía y Túnez se posicionan como líderes en automoción y tecnologías de la información y comunicación. Además, Grecia, Chipre y Egipto continúan con su crecimiento como proveedores de materias primas (energía, químicos y construcción).

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China's New Silk Road. Current maritime and rail transport routes. The globalisation project by J. Morillo 11 January 2021

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El Global Gateway: La gran inversión de la Unión Europea en África

La UE anunció en 2021 que invertiría 150.000 millones de euros en el continente africano durante los próximos seis años. Esto compone el 50 % de los fondos movilizados en el marco de su nueva estrategia de inversión denominada "Global Gateway". Global Gateway pretende movilizar 300.000 millones de dólares entre 2021 y 2027. Este paquete se desplegará gracias a las aportaciones de las instituciones europeas y de los países miembros, pero también a la financiación privada. Con ella se pretende apoyar la industria y el tejido empresarial africanos en su transformación ecológica y digital. En el futuro próximo, esta inversión excepcional e histórica se traducirá en economías más prósperas y estables para estos países, sus vecinos mediterráneos y también para los inversionistas.