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Niñas impedidas de ser brillantes y soñar: ¿qué hacer desde la educación en escuelas y el hogar?

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Niñas impedidas de ser brillantes y soñar: ¿qué hacer desde la educación en escuelas y el hogar?

Cuando yo era niña mi abuela me enseñó que yo era capaz de ser todo lo que soñara ser. Sin embargo, mi abuela no sabía que el hecho de ser niña ya me limitaba en lo que podía o no soñar para mi futuro. Si bien, el mensaje de mi abuela me ayudó mucho a crecer confiada de mis capacidades, quizás si ella hubiera sabido que el alcance de mis sueños ya estaba limitado, su enseñanza hubiera sido diferente y yo hoy no sería especialista educativa sino ingeniera espacial.

A partir de los 6 años las niñas empiezan a creer, de acuerdo a lo que les dice la sociedad, que no son brillantes y que las disciplinas “para los más inteligentes” están fuera de su alcance. Por lo mismo, hoy el mundo cuenta con escasa presencia de mujeres en disciplinas STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

En el presente artículo exploro qué es el estereotipo de la brillantez, cómo se adquiere y cómo potencialmente impacta en la decisión de las mujeres sobre las disciplinas STEM. Asimismo, propongo cuatro maneras de combatir este estereotipo desde los hogares y las escuelas fomentando que las niñas construyan las habilidades y referentes necesarios para que puedan entenderse como brillantes, soñar en conquistar disciplinas “para brillantes” y ser exitosas cumpliendo sus sueños.

 

Las mujeres no somos brillantes: el estereotipo de la brillantez

Cuando pensamos en el rol de gerencia general de una empresa de ingeniería ¿se nos viene a la mente un hombre o una mujer en ese rol? Y, cuando imaginamos un espacio de creación de tecnología para el desarrollo del nuevo Iphone o las oficinas de Google en San Francisco, ¿se nos vienen a la mente espacios con más hombres o más mujeres?.

A la mayoría de personas en nuestra sociedad se le vienen a la mente hombres en ambos casos, y, aunque en los últimos años las mujeres estamos liderando acciones y espacios que están lentamente contribuyendo a cambiar esta percepción, aún falta mucho para cambiar la asociación de este tipo de roles a hombres. Incluso herramientas tecnológicas novísimas como Chat GPT (basada en AI) brinda solo nombres de hombres cuando le pides una lista de personas destacadas en tecnología en el siglo XXI (ver fotos) pues esta herramienta replica los sesgos ya existentes en la información de internet.

 

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© Carla Gamberini
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© Carla Gamberini

Ahora bien, ¿por qué se asocian las profesiones relativas a las ciencias, ingeniería o tecnología con los hombres más que con las mujeres? Estudios demuestran que esto se remonta al estereotipo de la brillantez. Las profesiones STEM son vistas como demandantes de mayor inteligencia o brillantez y nuestra sociedad asocia la brillantez más con los hombres que con las mujeres. Es decir, las personas comúnmente creen que “brillante = hombre”.

Aunque esta asociación no coincida con la realidad, ha calado tanto en hogares, escuelas y espacios laborales que aleja a las mujeres de desempeñarse exitosamente en disciplinas STEM en la escuela y las aleja de elegir profesiones o trabajos en estas áreas pues son percibidas como “solo para brillantes”.

Por ejemplo, estudios han demostrado que en la sociedad existe el estereotipo que los hombres son “más inteligentes” que las mujeres para las matemáticas y este estereotipo perjudica el desempeño de las mujeres en esta área, a la vez que afecta negativamente su interés en profesiones que requieran alto manejo de las matemáticas. Sin embargo, esta creencia común no solo vincula habilidades cognitivas específicas de las matemáticas (dígase el razonamiento matemático o la resolución de problemas) con los hombres, sino también la capacidad cognitiva completa. Es decir, comúnmente se asume que la inteligencia o brillantez como capacidad completa, está presente con más frecuencia en los hombres que en las mujeres y por eso ellos son mejores en matemáticas.

 

Niña tecnología

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Desde los 6 años las niñas pueden ver limitados sus sueños

Así como todos los estereotipos, el estereotipo de “brillante = hombre” es una construcción social, por tanto, para poder combatir este estereotipo es importante entender más sobre su adquisición y su impacto.

En 2017, investigadores de la Universidad de Nueva York (NYU), la Universidad de Princeton y la Universidad de Illinois demostraron que las mujeres y hombres adquieren el estereotipo desde que su niñez. A partir de los 6 años las niñas empiezan a ser menos propensas que los niños a asociar que las personas de su propio género son "muy, muy inteligentes". Y, también a los 6 años, las niñas comienzan a evitar realizar actividades novedosas que se identifiquen como “actividades para muy inteligentes”. 

Esta asociación de la brillantez con los hombres más que con las mujeres, aunque no coincide con la realidad, determina la capacidad de las niñas y niños desde los 6 años de aspirar a metas. Para el caso de las niñas, cuanto antes adquieren la noción de que la brillantez no es una característica de las mujeres, más fuerte puede ser su influencia negativa en limitar sus aspiraciones y sueños. 

Dicha influencia puede incluso limitar metas y sueños que las niñas se propongan a lo largo de sus vidas, como la elección de su carrera profesional o de un puesto de trabajo. Es decir,  como las niñas asocian la mayor inteligencia o brillantez con los hombres más que con ellas mismas, cuando crecen dejan de aspirar a sueños que son solo accesibles “para brillantes”. Entre estos sueños no accesibles para ellas se encuentra el estudiar y desempeñarse en disciplinas STEM pues las asocian con constituir retos muy difíciles para ellas que “no son brillantes”.

Las cifras de participación de las mujeres en las profesiones STEM pueden servirnos de evidencia para entender cuánto puede influir el estereotipo “brillantez = hombre” en el desarrollo de las mujeres: en el mundo las mujeres representan solo 35% de quienes cursan una carrera STEM en educación superior y menos de 30% de investigadores en ciencia. 

Cabe recalcar que, a partir del 2020, se han llevado a cabo otros estudios específicos con niñas racializadas (negras, latinas, indígenas, etc.) que sugieren que el impacto del estereotipo de la brillantez en ellas es aún mayor y que la autopercepción que se forman a una edad temprana las perjudica en mayor grado pues se suma a otros prejuicios que ellas enfrentan y que limita su desarrollo. 

De esta manera vemos que, si las niñas y niños absorben estos estereotipos desde los 6 años y actúan sobre estas ideas, es probable que muchas niñas que efectivamente son brillantes ya se hayan alejado de ciertas metas profesionales y sueños para cuando lleguen a la educación superior o al mercado laboral. Por tanto, es fundamental tomar acciones para derribar el estereotipo de “brillantez = hombre” en las niñas desde sus espacios más familiares en la niñez: el hogar y la escuela.

 

Niñas programando

Photo by Robo Wunderkind on Unsplash

Educación que combata estereotipos en hogares y escuelas

Si madres y padres constantemente les dicen a sus hijas que “las matemáticas son muy difíciles” y, si las y los docentes en el aula convocan más a los niños que a las niñas para usar tecnología, entonces ambos espacios están contribuyendo a reforzar ese estereotipo de la brillantez del que venimos hablando. Así no lo hagamos de manera consciente, muchas expresiones y actitudes nuestras como adultos pueden impactar en reforzar estereotipos en las niñas que nos rodean. Por lo mismo, es importante esforzarnos por intencionalmente promover acciones en el hogar y en las escuelas que combatan el estereotipo de “brillantez = hombres” y le enseñen a las niñas que ellas son “muy, muy inteligentes”. 

Una de las maneras más efectivas para reforzar en las niñas la creencia de que sí pueden aspirar a desarrollarse en disciplinas “para brillantes” (como las disciplinas STEM) es mostrarles mujeres brillantes referentes en dichas disciplinas. Tanto en la escuela como en la casa podemos generar espacios para leer, escuchar o ver historias de vida de mujeres brillantes con las cuales se puedan identificar las niñas. Asimismo, podemos conversar con las niñas sobre estas historias y acompañarlas a soñar con escenarios donde ellas podrían ser como esas mujeres en el futuro. Por ejemplo, “Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes” es una serie de libros y podcasts (recurso libre en Youtube) que presenta historias cortas de mujeres de todos los tiempos y países que han transformado el mundo desde la ciencia, el arte, la política, la economía, etc. Al ser muy ágiles y entretenidas las historias son muy fáciles de integrar en las sesiones de clases tanto como en un momento de compartir familiar en casa.

Una segunda forma es brindarles acceso a la tecnología a las niñas tanto en la escuela como en el hogar. Muchas veces en las escuelas se les brinda más oportunidades a los niños que a las niñas para aprender habilidades tecnológicas. Por ejemplo, en secundaria se brinda el curso de robótica para hombres mientras que a las mujeres se les brinda corte y confección. Es cierto que a veces las mujeres eligen esta opción; sin embargo, debemos recordar que desde pequeñas ya fueron influenciadas para elegir así y hay que romper con esta influencia promoviendo que se vinculen con la tecnología. Asimismo, en casa muchas veces si contamos con un solo dispositivo se prioriza que los niños lo usen más que las niñas (y probablemente ellas lo pidan menos). Esto refuerza el estereotipo y las aleja de la tecnología. Hay que promover que las niñas exploren los dispositivos y las plataformas o aplicativos en internet, que mejoren sus habilidades para aprender con tecnología y acompañarlas para que se mantengan seguras cuando participen en las redes sociales. 

En tercer lugar, podemos formar capacidades de liderazgo en las niñas. Tanto familias como docentes pueden brindar apoyo emocional a las niñas que fomente su confianza y autoestima para liderar mecanismos que les permita cumplir retos. Por ejemplo, tanto en el hogar como en la escuela, podemos fomentar que las niñas compartan su pensar y sentir respecto a diferentes situaciones siendo escuchadas y valoradas, que propongan ideas de actividades a realizar y que lideren la organización de dichas actividades. También podemos empezar a hablar más con las niñas acerca de mujeres líderes en sus profesiones o ambientes laborales y/o a leerles historias sobre mujeres cercanas. Un buen recurso libre para leer sobre mujeres líderes que transforman sus espacios con tecnología es “Educadoras sin Límites” (descargar aquí). Algo importante de familiarizar a las niñas con el liderazgo de las mujeres es enseñarles que las mujeres deben ser reconocidas en su liderazgo como brillantes (y no como “mandonas”) tanto como lo son los hombres.

Finalmente, se puede fomentar que las niñas participen en retos vivenciales STEM que les permitan explorar y experimentar estas disciplinas. Por ejemplo, promover su participación en proyectos de construcción, experimentos científicos y programación. Estas actividades pueden hacerse como parte de las sesiones de aprendizaje en la escuela así como parte de una experiencia divertida en familia que acerque a las niñas a sentir que las disciplinas STEM son accesibles y relevantes para ellas.

Por supuesto que no hay que olvidar que, además de estas acciones de educación que pueden realizarse desde casa y desde la escuela, existen barreras estructurales como la pobreza, la desigualdad, y la violencia que son urgentes de romper para lograr que las niñas reciban una educación de calidad que les permita soñar y perseguir sus sueños. 

 

Conclusiones

  • El estereotipo de la brillantez asocia las profesiones STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) con los hombres más que con las mujeres. Este estereotipo se remonta a la creencia errónea de que la brillantez o mayor inteligencia está presente con más frecuencia en los hombres que en las mujeres.

  • Este estereotipo puede determinar la capacidad de las niñas y niños desde los 6 años de aspirar a metas.

  • Las niñas que adquieren la noción de que la brillantez no es una característica de las mujeres, tienen menos probabilidades de elegir carreras STEM y, por lo tanto, están menos representadas en estos campos.

  • Desde la educación en casa y el hogar se puede combatir el estereotipo “brillantez = hombre” enseñando a las niñas que son brillantes mediante la promoción de referentes mujeres brillantes, el acceso a la tecnología, la formación de habilidades de liderazgo y el fomento de actividades STEM vivenciales.

  • Combatir este estereotipo es fundamental para eliminar las barreras que impiden que las mujeres se desempeñen de manera óptima en todas las áreas y puedan soñar y alcanzar sus sueños.

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    Acerca de la autora

    Autora: Carla Gamberini Coz

    CEO y cofundadora de MásEducaciónPe

    Especialista en EdTech y política educativa

    Carla Gamberini

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    CEO Más-Educación

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