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Presidencia del Consejo de la UE
España cede el testigo a Bélgica

Der belgische Premierminister Alexander De Croo

Der belgische Premierminister Alexander De Croo.

© picture alliance / ANP | JONAS ROOSENS

La quinta Presidencia española del Consejo de la UE desde su adhesión a la Comunidad Europea, que comenzó el 1 de julio, está llegando a su fin: el 1 de enero de 2024, el testigo pasará de la Península Ibérica al corazón de la UE, Bélgica. ¿Cómo le ha ido a España en cuanto a proyectos previstos -y realmente realizados-? ¿Y cuáles son las prioridades de Bélgica tan poco después de las elecciones al Parlamento Europeo?

La Presidencia española del Consejo se vio inesperadamente ensombrecida por las elecciones parlamentarias anticipadas celebradas en el país el 23 de julio, que coincidieron con el primer mes de Presidencia del Consejo. Aunque la posterior formación de Gobierno no supuso grandes cambios en la agenda de Madrid -sólo se retrasó ligeramente el calendario-, el antiguo y nuevo jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, confirmado por el Parlamento en noviembre, sólo pudo afianzarse en el poder con la ayuda de los votos del partido Juntos por Cataluña (JxCat), del líder separatista Carles Puigdemont. La amnistía negociada para los separatistas catalanes suscitó serias dudas sobre el estado del Estado de Derecho español, y no sólo en Bruselas. A nivel nacional, el procedimiento provocó protestas masivas, a veces violentas. Sánchez también se enfrenta a duras críticas de la justicia española por su ley de amnistía con efecto inmediato: prevé la impunidad de los organizadores del referéndum independentista catalán ilegal de 2017, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había prometido a los separatistas catalanes a cambio de su apoyo a su reelección. Un aspecto problemático del acuerdo es el posible menoscabo de la independencia del poder judicial al poner a los jueces españoles bajo la supervisión de un nuevo comité para evitar la supuesta politización de las decisiones judiciales. La oposición considera que la ley de amnistía es inconstitucional. Sánchez ha instrumentalizado la Presidencia del Consejo español para sus fines políticos internos en varias ocasiones, por ejemplo, intentando imponer el catalán como lengua oficial de la UE. Además, el presidente del Gobierno español declaró que reconocería unilateralmente el Estado palestino si la UE no lo hacía antes, con el fin de cortejar a su socio de coalición de izquierdas "Sumar" y a costa de la unidad en la UE. Con tales movimientos políticos, Sánchez se ha jugado mucha confianza a nivel nacional y europeo.

Sin embargo, se puede considerar que la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea ha hecho un buen trabajo continuando el rumbo tradicionalmente proeuropeo del país y dando prioridad a cuatro áreas principales: autonomía estratégica, transformación ecológica, justicia social y fortalecimiento de la unidad europea.

Nuevo impulso a las relaciones con América Latina y el Caribe

Europa debería aprender de las lecciones de la pandemia COVID-19 y de los conflictos mundiales para ser más resistente y soberana mediante la promoción selectiva de industrias y tecnologías estratégicas. La diversificación de las fuentes de suministro y de las relaciones comerciales desempeña un papel importante en este sentido. Gracias a sus estrechos lazos históricos y lingüísticos como puerta de entrada a América Latina y el Caribe, España se ha centrado en ampliar sus relaciones estratégicas con estos países. En vista de los conflictos mundiales, la invasión rusa y el ascenso de China, existen muchos incentivos para una alianza por ambas partes, aunque el futuro manejo de los regímenes autoritarios y las violaciones de los derechos humanos alberga un gran potencial de conflicto. Por sus condiciones climáticas, el continente latinoamericano ofrece un gran potencial para la exportación de hidrógeno verde a Europa y cuenta con numerosas materias primas como gas natural, petróleo crudo y litio. Aunque se han utilizado los instrumentos europeos de cooperación al desarrollo para una asociación intensificada (Europa Global, Global Gateway y Team Europe) y una serie de inversiones estratégicas, y los funcionarios españoles pueden recurrir a la amplia experiencia del país en cooperación técnica y diálogo político para su aplicación práctica, los resultados no han estado a la altura de las expectativas. Se lograron pequeños avances con la firma de nuevos acuerdos comerciales con Chile, Nueva Zelanda y la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico (OASECP). En julio se celebró la cumbre UE-CELAC con los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En general, sin embargo, faltó voluntad política en varios lugares para ultimar el urgentemente necesario acuerdo MERCOSUR -para garantizar una mayor cooperación en pie de igualdad y mejorar las normas medioambientales- y para influir indirectamente en la observancia de los derechos humanos.

Otros logros de la Presidencia española incluyen un gran número de procedimientos legislativos. La transición climática y energética se tuvo en cuenta con la adopción de leyes para garantizar el suministro de materias primas críticas y fomentar las tecnologías verdes y digitales, y con la introducción de normativas para mejorar la reutilización de residuos y una ley de recuperación de la naturaleza con el objetivo de restaurar los ecosistemas dañados. España también puede atribuirse el mérito de las normas para el desarrollo y la introducción de la inteligencia artificial, los avances en la reforma del mercado eléctrico, los derechos de los consumidores, la introducción de la Tarjeta Europea de Discapacidad y la elaboración de nuevas directivas para combatir la violencia contra las mujeres y la trata de seres humanos, así como la ampliación de derechos a otros grupos vulnerables.

Por fin una solución a la manzana de la discordia de la migración

El acuerdo sobre un marco de la UE para la gestión de la migración y, por tanto, la cuestión de una mayor solidaridad entre los Estados miembros en la acogida y distribución de refugiados y el control de las fronteras exteriores está en el centro de una mayor unidad europea. En resumen, el objetivo debe ser gestionar mejor la migración legal y frenar la irregular. Tras años de disputas y varias rondas de negociaciones, por fin se ha conseguido en los últimos metros de la Presidencia española del Consejo: la UE ha adoptado el pacto migratorio. El Parlamento y el Consejo de la Unión Europea han llegado a un acuerdo sobre un total de cinco puntos del reglamento comunitario de reforma del asilo, que prevé numerosas medidas de endurecimiento. Bajo Presidencia española, los Estados miembros de la UE habían negociado previamente una parte del pacto, el nuevo reglamento de crisis, que pone en marcha un mecanismo para agilizar los procedimientos de asilo en caso de que los Estados miembros se vean desbordados. Cómo puede garantizarse el cumplimiento de los derechos humanos si los recién llegados de terceros países pueden ser detenidos en las fronteras exteriores de la UE ha sido objeto de debate, sobre todo en casos como el de los menores no acompañados.

Impulso a la ampliación de la UE

Sánchez viajó a Kiev justo al inicio de la Presidencia española del Consejo en verano, enviando una señal simbólica de solidaridad.

Antes de que Ucrania (y Moldavia) solicitaran la adhesión a la UE en febrero de 2022 tras la invasión rusa, cualquier forma de ampliación de la UE estaba prácticamente congelada. Tras siete rondas de ampliación, el número de miembros de la UE asciende ahora a 27. La misión histórica de la UE es preservar la paz y la prosperidad a través de un continente cada vez más entrelazado y unido. Con cada nuevo candidato a la adhesión se recrudece el debate sobre la capacidad de la UE para actuar y absorber nuevos miembros y las reformas internas que se necesitan con urgencia. La guerra de agresión de Rusia en Ucrania ha cambiado el contexto de la política de ampliación de la UE y ha puesto la geopolítica en primer plano. Aunque la ampliación de la UE no figuraba en la agenda original de España para la Presidencia del Consejo, en la reunión informal de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebrada en Granada en octubre se publicó una declaración de apoyo a los países candidatos. En diciembre se decidió iniciar las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, pero esto no garantiza la adhesión efectiva a la UE en un futuro próximo. Otra mosca en la pomada es que no fue posible aprobar nuevas ayudas financieras para Ucrania debido a la oposición del Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán.

La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, elogió los éxitos de la Presidencia española, desde la competitividad al clima y la energía, desde la gobernanza económica a la migración y la inteligencia artificial.

Bélgica toma el relevo

Justo a tiempo para el nuevo año, Bélgica asumirá la Presidencia del Consejo el 1 de enero. Será una presidencia especial, ya que Bélgica acompañará la conclusión del mandato de cinco años del actual Parlamento Europeo y de la Comisión Europea. Del 6 al 9 de junio se elegirá un nuevo Parlamento Europeo y a finales de 2024 tomará posesión una nueva Comisión, con una nueva agenda y nuevas prioridades.

Por tanto, la Presidencia belga se dividirá probablemente en dos fases: un sprint hasta finales de febrero para ultimar el mayor número posible de expedientes pendientes -ya que, a pesar de los progresos realizados por la Presidencia española, aún no se ha alcanzado ningún acuerdo sobre algunos expedientes clave-, seguido de los preparativos para la nueva agenda 2024-2029.

Proteger, reforzar, mirar al futuro

"Proteger, reforzar, mirar hacia delante": así resume el Primer Ministro De Croo las seis prioridades de los belgas para el primer semestre de 2024: Defender el Estado de Derecho, la democracia y la unidad, reforzar la competitividad europea, la transición ecológica, reforzar la agenda social y sanitaria, proteger a las personas y las fronteras y promover una Europa global.

Defensa del Estado de Derecho, la democracia y la unidad

Bélgica se centra en la defensa de los derechos fundamentales, el Estado de Derecho y la democracia. Sus prioridades son la cohesión, la protección de las libertades individuales y la promoción de los valores democráticos. Esto incluye también la libertad de los medios de comunicación y la transformación digital en el sector cultural. La agenda también incluye el refuerzo de la participación cívica, especialmente entre los jóvenes, así como medidas para mejorar el Espacio Europeo de Educación, el aprendizaje permanente y el apoyo a los países candidatos.

Reforzar la competitividad europea

En el contexto de la evolución de las circunstancias geopolíticas y los avances tecnológicos, en particular la inteligencia artificial, Bélgica se centra en la competitividad y la política industrial a largo plazo. Se hará especial hincapié en la igualdad de condiciones para las empresas, la creación de un ecosistema digital sostenible y el fortalecimiento del mercado único de la UE. La Presidencia también hace hincapié en la investigación, el desarrollo y la innovación, la inversión pública y privada, así como en la coherencia entre las políticas interior y exterior de la UE.

Transición ecológica

Frente a la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, Bélgica hace hincapié en la urgencia de aplicar enérgicamente el Pacto Verde Europeo, reforzar la economía circular, mejorar las capacidades de adaptación y preparación, y la gestión sostenible del agua. Se hace hincapié en la necesidad de acelerar la transición energética para conseguir una energía asequible, fiable y neutra para el clima, por lo que la UE debería explotar su potencial de eficiencia energética e invertir más en energías renovables.

Reforzar la agenda social y sanitaria

Bélgica lucha por una sociedad europea más integradora y equitativa en materia de género con una ambiciosa agenda social. Se centra en reforzar el diálogo social, promover una movilidad laboral justa, la salud mental en el lugar de trabajo y una protección social sostenible. El objetivo es reforzar el diálogo social, la movilidad laboral justa y la protección social sostenible, así como promover la economía social. Bélgica también quiere promover la prevención de crisis, reforzar la seguridad del suministro de medicamentos y desarrollar estrategias de apoyo a los trabajadores del sector sanitario y asistencial para mejorar el acceso a medicamentos asequibles.

Protección de personas y fronteras

Después de que la Presidencia española consiguiera alcanzar un acuerdo sobre el paquete de asilo y migración en las últimas fases, Bélgica declaró que seguiría trabajando en la aplicación y el cumplimiento del pacto durante su Presidencia. Bélgica también se centrará en reforzar la dimensión exterior de la migración y el asilo, en particular mediante la cooperación con los socios africanos, al tiempo que se prestará especial atención a la lucha contra la delincuencia organizada, el terrorismo y la seguridad europea.

Promover una Europa global

En medio de las actuales tensiones geopolíticas, seguir reforzando la resistencia y la autonomía de la UE es naturalmente también una prioridad para los belgas. Un planteamiento seguro de sí mismo incluye la movilización de las capacidades económicas, de seguridad y defensa, así como una política comercial ambiciosa y sostenible en el marco de un sistema comercial multilateral reforzado. Al mismo tiempo, Bélgica se compromete a promover los sistemas sanitarios y el acceso universal a servicios sanitarios innovadores y sostenibles en consonancia con la Agenda 2030.

La ampliación de la UE en el punto de mira

Si De Croo se sale con la suya, la agenda 2024-2029 debería centrarse probablemente en el futuro de la UE, en particular en las reformas internas y la posible ampliación de la UE. Las reformas son necesarias para mantener el funcionamiento de la Unión y salvaguardar los intereses de los europeos. La UE debe preguntarse qué tipo de Unión quiere ser en 2029, dijo De Croo. 

Las reformas también son necesarias para preparar a la UE para una posible ampliación. En diciembre, los Estados miembros decidieron iniciar conversaciones de adhesión con Ucrania y la República de Moldavia. Los belgas ya han anunciado una "cumbre de la ampliación" para el 19 de abril, con motivo del vigésimo aniversario de la ampliación "big bang" de 2004. El 20 de abril de 2004 ingresaron en la UE Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República Checa. 

Rahel Zibner, Directora de Proyectos para España, Italia y Portugal, FNF Madrid, y Sahra Lissek, Directora de Asuntos Europeos, FNF Bruselas.