Venezuela

Valentía, resistencia, libertad: por qué el Premio Nobel da nuevas esperanzas a Venezuela

Señoras y señores

Queridas venezolanas y queridos venezolanos.
Queridas amigas y amigos de la libertad.

La lucha por la libertad en Venezuela me llega profundamente al corazón.
Los apoyo, ante todo, como un liberal convencido.

Pero también como presidente de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad
y como presidente de la Internacional Liberal.

Hoy nos encontramos en un punto histórico.
No solo para Venezuela,
sino para la libertad.

Con la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, el mundo envía una señal.
Una señal de valentía.
De dignidad.
De fuerza inquebrantable.

De un pueblo que no se doblega.

Ustedes son la voz viva de Venezuela ante el mundo — y hoy les digo con profundo respeto:
ustedes, con su valentía, son protagonistas de esta historia.

He acompañado intensamente la causa de la libertad en Venezuela en los últimos años.

Tuve el honor de exigir, en una manifestación junto a ustedes el 28 de julio, elecciones libres.
Cuando esas elecciones fueron robadas, nosotros, como liberales, permanecimos firmemente a su lado.
Recuerdo bien que aquella protesta fue numerosa y llena de determinación.

Hemos instado a la comunidad internacional a mirar.
A no apartar la mirada.

Muchos solo vuelven a mirar hacia Venezuela cuando aparecen titulares sobre la presencia militar estadounidense.
Y olvidan más de veinte años de opresión.

Pero nosotros no olvidamos.
Estamos a su lado.
Con responsabilidad.
Con compromiso.
Con solidaridad.

Venezuela nos recuerda algo:
ninguna dictadura es invencible.
Por muy asentada que esté.
Esto lo saben bien Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

Es un profundo honor para mi acompañar a María Corina Machado y al pueblo venezolano a Oslo para la ceremonia del Premio Nobel de la Paz.

Una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida.

Es un profundo honor acompañar a María Corina Machado y al pueblo venezolano a Oslo para la ceremonia del Premio Nobel de la Paz.

Una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida.
La convertiremos en un momento histórico.
Con orgullo.
Con claridad.

El mundo ve el sufrimiento.
La destrucción.
La represión.

Pero también los ve a ustedes.
A la diáspora venezolana vibrante, que no calla.
Que no se rinde.
Que no olvida.

Actuemos unidos.

Seamos la voz que dentro del país tantas veces es silenciada

Revelemos al mundo lo que Venezuela realmente es: un pueblo valiente, creativo, indomable, que no se rinde y que muy pronto—esperemos que muy pronto—recuperará su libertad para forjar su propio futuro

Porque para nosotros está claro:

Nuestra solidaridad es más fuerte que la dictadura.
¡Por una Venezuela libre — hasta el final!

Este Nobel no es un cierre.
Es un comienzo.
Un punto de inflexión.
Recorramos este camino juntos.
Por la libertad.
Por una nueva Venezuela.

Muchas gracias.