DE

Venezuela
Venezuela un año después de las elecciones robadas: Resistencia y esperanza

La líder de la oposición, María Corina Machado, se dirige a sus seguidores durante una manifestación de protesta contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.

La líder de la oposición, María Corina Machado, se dirige a sus seguidores durante una manifestación de protesta contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.

© picture alliance / ASSOCIATED PRESS | Matias Delacroix

Un año después de las elecciones presidenciales robadas del 28 de julio de 2024, Venezuela sigue bajo un régimen autoritario. El tan añorado cambio de regimen aún no se ha producido, pero las horas del régimen actual están contadas. A pesar de las abrumadoras pruebas de la victoria de Edmundo González —incluyendo copias de las actas de votación de más del 80% de los centros electorales— el régimen declaró a Nicolás Maduro como ganador y se negó a publicar los resultados completos.

González, respaldado por la principal dirigente opositora liberal del partido Vente Venezuela, María Corina Machado, fue el candidato unitario del movimiento democrático. Sin embargo, la voluntad del pueblo fue sistemáticamente reprimida. A María Corina Machado, el régimen  la inhabilitó para participar como candidata.

Ante las protestas que estallaron inmediatamente después de las elecciones en varias ciudades, el régimen respondió con una brutal represión: más de 2.200 personas fueron arrestadas, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó abiertamente los hechos como "terrorismo de Estado". Según la ONG Foro Penal, actualmente hay 948 presos políticos detenidos, incluidos menores de edad. Mientras muchos líderes opositores han sido forzados al exilio o encarcelados, María Corina Machado se mantiene firme dentro del país: activa, visible y bajo amenaza constante.

Un año después del 28 de julio, el panorama es claro: la democracia fue aplastada por la fuerza, pero la resistencia sigue viva, alimentada por el coraje, la organización y la voluntad inquebrantable del pueblo. La lucha está lejos de haber terminado.

Para honrar este acto cívico heróico de la sociedad  venezolana y mantener viva la memoria de este poderoso acto democrático, la Red Liberal de América Latina (RELIAL) organizó un evento virtual especial el 28 de julio de 2025. El eje central fue la presentación del libro y del portal digital:

"Venezuela 28J: La gesta de un pueblo democrático",

que documenta el valor y la organización de los ciudadanos que continúan luchando por la democracia y la libertad contra todo pronóstico.

Para más información, visite el canal de YouTube: https://www.youtube.com/@redliberaldeamericalatinar5878

At this point you will find an external content that complements the content. You can display it with one click.

Palabras de clausura del evento

Queridos amigos de la libertad en todo el mundo,

Queridos amigos de una Venezuela libre,

Como Presidente de la Fundación Friedrich Naumann y de la Internacional Liberal, me honra darles la bienvenida a este evento tan importante. Hoy enfocamos nuestra atención en una de las luchas por la libertad más inspiradoras del mundo contemporáneo: la lucha del pueblo venezolano por la democracia y la libertad.

Quiero agradecer a RELIAL por hacer posible este encuentro. Mi saludo más cálido a María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, verdaderos campeones de la libertad. Y también a Félix Maradiaga y a todos nuestros socios de la Fundación Friedrich Naumann, la Internacional Liberal y RELIAL: gracias por estar con nosotros.

La causa de Venezuela se ha vuelto profundamente personal para mí, en gran parte por mi profunda admiración hacia María Corina Machado. A lo largo de los años he sido testigo de cómo su mensaje —íntegro e inquebrantable— ha resonado en toda Venezuela y más allá. Ella no recurre al populismo ni a promesas falsas. Ofrece algo mucho más poderoso: una visión de una nación donde cada individuo, y no un régimen corrupto, sea el autor de su propio destino.

El año pasado me uní a la diáspora venezolana en Alemania, invitado por Vente Venezuela Alemania, mientras exigíamos elecciones libres y justas. Jamás olvidaré ese día —domingo 28 de julio— junto a venezolanos frente al centro de votación en Berlín. Dos palabras definieron ese momento: esperanza y frustración. Esperanza por un futuro mejor, mientras se esperaban noticias de sus ciudades natales. Y una frustración profunda, entre los venezolanos en el extranjero a quienes se les negó el derecho al voto por un régimen que teme a los más de ocho millones que se han visto obligados a huir de su patria.

Dos semanas después, ocurrió algo extraordinario. A pesar de la represión, la censura y la manipulación, Edmundo González, con el respaldo de María Corina Machado, emergió como el verdadero ganador de las elecciones. Y en todo el mundo —incluyendo aquí en Berlín— decenas de miles de venezolanos se unieron —organizados por los comanditos— para documentar la verdad. Lo vi con mis propios ojos: copias de actas, coordinación ciudadana y un movimiento impulsado no por dinero ni medios, sino por convicción y deber cívico.

Algunos dicen que el régimen chavista es inamovible. Pero lo que sucedió el 28 de julio cuenta otra historia. Fue un acto heroico de más de un millón de ciudadanos que demostraron que lo imposible es posible cuando el pueblo se une. Los venezolanos nos recordaron que ninguna dictadura —por más enraizada que esté— es invencible.

Durante años, el régimen persiguió la disidencia y destruyó las instituciones democráticas. Pero a pesar del miedo y la represión, el pueblo se levantó. Habló alto, no solo con su voto, sino con su compromiso inquebrantable con la verdad y la justicia.

Por desgracia, las elecciones fraudulentas se están volviendo cada vez más comunes en el mundo. Lo que es raro —y poderoso— es la capacidad de demostrar el fraude, y hacerlo con datos y valores democráticos. Por eso la presentación de este libero, y el informe titulado “28J: La gesta ciudadana frente a la autocracia”, es tan importante. Este documento no es solo un registro histórico: es un manual de resistencia, una guía de resiliencia democrática y un testimonio de la fuerza del coraje cívico.

Al leerlo, recordé lo fácil que es dar por sentada la democracia. En democracias saludables, nuestro mayor desafío es convencer a los votantes. En Venezuela, la oposición tuvo que hacer eso y además asegurarse de que la voluntad del pueblo no fuera borrada.

La magnitud de sus esfuerzos es impresionante:

  • 270.000 testigos de mesa
  • 100.000 personas encargadas de la recolección, escaneo y transporte de actas
  • 60.000 coordinadores de centros
  • 20.000 equipos especiales para zonas de alto riesgo

Y todo esto ocurrió bajo un régimen que monopolizó los medios de comunicación, prohibió a los líderes opositores volar, negó el acceso a fondos públicos y desató campañas de miedo y represión. No había anuncios de Edmundo González en Caracas. Y aun así —gracias a María Corina Machado y a una red de ciudadanos valientes— su mensaje llegó a millones: en carros, lanchas, motos y teléfonos. Persona a persona. Corazón a corazón.

Aun así, el régimen arrestó a quienes se atrevieron a ayudar. Controló todo, excepto la voluntad del pueblo. Y por eso perdió.

El 28 de julio no fue suerte. Fue el resultado de una estrategia ciudadana brillante, impulsada por la disciplina, la unidad y un sueño demasiado grande para ser silenciado.

Muchos partidos liberales del mundo podrían aprender de este movimiento. Como recuerda Pedro Urruchurtu, Coordinador de Asuntos Internacionales de Vente Venezuela, quien pasó más de 400 días atrapado en una embajada:

“La libertad, como cuestión de dignidad, es un tesoro, pero también un deber”.

Llevemos adelante ese espíritu. Honrémoslo, no solo con palabras, sino con acciones.

Gracias.