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Liberalismo
¿Federalismo: una fuerza para la innovación, la democracia y el poder regional?

Una semana en Baden-Württemberg revela cómo a mayor autonomía local, mayor desarrollo nacional.
Visiting Program Federalism

En un mundo que se enfrenta la polarización, los rápidos cambios tecnológicos y las crecientes exigencias a las instituciones públicas, el federalismo ofrece más que orden administrativo: ofrece resiliencia, legitimidad y oportunidades. Una reciente visita a Baden-Württemberg, el motor de la innovación en Alemania, reafirma lo que la historia nos ha enseñado desde hace mucho tiempo: la autonomía local puede impulsar el crecimiento nacional. Ya sea en Alemania o en América Latina, este modelo descentralizado de gobernanza permite a las ciudades, los estados y los municipios convertirse en coautores del progreso. Sin embargo, como mexicana, me pregunto: ¿hemos olvidado que la clave de nuestro desarrollo reside en cómo nos organizamos como federación?

La semana pasada me recordó que, en teoría, México es una república federal. Así que la verdadera pregunta es: ¿cómo podemos pasar de la teoría a la práctica y activar esta estructura federal para impulsar la creatividad, fortalecer la democracia y empoderar a nuestras regiones?

Baden-Württemberg: una mentalidad innovadora

A pesar de albergar al 13 % de la población alemana, Baden-Württemberg (BW) contribuye con un sorprendente 15 % al PIB nacional de Alemania. Esta fortaleza no solo proviene de actores globales en el sector privado como Bosch y SAP, sino también de más de 6500 «campeones ocultos», o sea pymes familiares profundamente arraigadas en las cadenas de valor locales y globales. Además, instituciones de investigación como Fraunhofer Institut y universidades como el KIT (Instituto Tecnológico de Karlsruhe) o la Universidad de Tubinga impulsan avances en áreas como la computación cuántica, la inteligencia artificial, la movilidad y las tecnologías verdes.

Las universidades diseñan programas de formación en colaboración con la industria, las ciudades crean «incentivos blandos», como ecosistemas favorables a las empresas, y los municipios recaudan impuestos sobre los beneficios que recompensan a las economías locales exitosas. Quizás Karlsruhe sea el mejor ejemplo de innovación aplicada: el gobierno local proporcionó un estado de derecho estable y marcos legales que fomentan la innovación. Sin embargo, los principales actores son las universidades y los clústeres de TI de investigación aplicada, que pueden integrarse rápidamente en productos, servicios y cadenas de valor más eficientes. Todo ello se fusiona en un panorama favorable a las empresas emergentes, sin que el gobierno tenga que recurrir a exenciones fiscales o subvenciones.

Otro factor oculto es una burocracia más descentralizada. Las empresas interactúan con la burocracia principalmente a nivel municipal y distrital, rara vez a nivel estatal y casi nunca a nivel federal. Una empresa con 150 empleados en una zona rural es obviamente muy importante para un municipio rural, y la burocracia local tenderá a tratarla bien, es decir, a resolver con rapidez los trámites de registro, permisos, etc. Este enfoque descentralizado de los procesos burocráticos es algo que México debería considerar.

México: un sistema federal en una encrucijada

México, al igual que Alemania, es una república federal con estados y municipios constitucionalmente autónomos. Sin embargo, las diferencias en la estructura fiscal, la coordinación intergubernamental y la cultura política a menudo crean obstáculos. Los líderes municipales pueden pertenecer a partidos de la oposición, pero siguen dependiendo de actores estatales o federales para la financiación de proyectos.

En lugar de fomentar el talento regional mediante la creación de marcos legales, el Estado suele recurrir a las subvenciones para atraer inversiones, pero los fondos destinados a programas educativos siguen siendo escasos. En algunos estados con una débil presencia del sector privado, es difícil que las universidades o incluso los centros de investigación aplicada cooperen. ¿Qué se necesitaría para que los institutos de TI, los centros tecnológicos y las universidades públicas mexicanas trabajaran mano a mano con el sector privado, como en BW, y aprovecharan al máximo el capital intelectual?

The Länd

Por qué es importante el federalismo ahora

En Alemania, descubrimos que, al igual que en México, los municipios también se hacen cargo de los costos reales de la migración y la integración, gestionan la vivienda, la sanidad y la educación para toda su población. Quizás el federalismo sea un concepto abstracto, como la libertad, que rara vez valoramos hasta que lo perdemos por completo. Tanto en Alemania como en México, debemos preguntarnos no cuánto poder centralizar, sino cuánta confianza tenemos en nuestras ciudades y estados para liderar. El federalismo afianza la democracia, fomenta la rendición de cuentas y fortalece la innovación allí donde se produce: a nivel local.

Si México quiere aprovechar todo su potencial, la respuesta puede no estar en una planificación más centralizada o en mayores transferencias de cargas fiscales, sino en un cambio fundamental: crear plataformas no partidistas para la colaboración con el sector privado, aspirar a mejores marcos legales y diseñar estrategias en las que las universidades y las instituciones tecnológicas puedan ser protagonistas y lugares donde los nuevos talentos puedan poner a prueba sus ideas y crear nuestros «campeones ocultos mexicanos».