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Educación
La urgencia de una educación de calidad para niñas y mujeres en Latinoamérica y la potencialidad de la tecnología para lograrlo

La educación con tecnología puede ser una herramienta muy potente para cerrar la brecha de género y empoderar a las niñas.
Cabo Pantoja Ucayali

Profesora de Ucayali con estudiante

© Más-Educación

¿Cómo podemos fortalecer el acceso de las niñas a una educación de calidad en Latinoamérica?

Educar a las niñas y mujeres, además de ser un derecho humano, nos beneficia a todos pues contribuye a reducir la inequidad y pobreza así como a fortalecer la ciudadanía democrática en los países. Sin embargo, hoy en el mundo 129 millones de niñas están fuera de la escuela y muchas, que sí acceden a educación, sufren grandes barreras para completarla. ¿Cómo podemos fortalecer el acceso de las niñas a una educación de calidad en Latinoamérica? La educación con tecnología ha demostrado ser una respuesta para lograrlo si se cumplen ciertas condiciones indispensables.

En el siguiente artículo explicaré el contexto actual de la educación de niñas y mujeres en Latinoamérica y el Perú, abordando las barreras para que accedan a educación de calidad y las razones por las cuales es urgente que lo logren. Asimismo, postulo que la educación con tecnología puede ser una herramienta muy potente para cerrar la brecha de género y empoderar a las niñas. Por último, presentaré recomendaciones basadas en evidencia para la implementación de proyectos EdTech que sí impactan en la educación de niñas y mujeres.

 

Niña de Cajamarca, Perú

Niña con Laptop XO en Nuevo Porvenir, Cajamarca, Perú.

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El derecho de las niñas a una educación de calidad

La educación es un derecho para todas las personas sin distinción de quiénes son o de dónde vienen, tal como lo explicita la Declaración Universal de Derechos Humanos. Los ciclos fundamentales de la educación (inicial, primaria y secundaria) deben ser obligatorias, estar garantizadas y contar con inversión pública para atender a todos y todas. 

Sin embargo, de acuerdo a la UNESCO, se estima que en el mundo 129 millones de niñas entre 6 y 17 años no acceden a la escuela. Esa cantidad es equivalente a la suma de la población completa de Colombia, Argentina y Perú. Es en los países más pobres del mundo, varios de África, donde se encuentra la mayor parte de niñas sin acceso a educación.

En el caso de Latinoamérica, con excepción de los países más pobres como Haití, se había logrado casi el 100% de acceso de niñas a educación primaria (6 a 10 años) hasta el año 2019. Pero, el derecho a la educación de las niñas no pasa solo por brindarles acceso sino garantizarles las oportunidades necesarias para culminar sus ciclos educativos fundamentales. En Latinoamérica aún no se ha logrado. La culminación de la secundaria baja (11 a 14 años) por parte de las niñas en promedio en Latinoamérica en el 2019 era de aproximadamente 65% y la de la secundaria alta (15 a 17 años) se aproximaba solo al 50%.

 

Unesco Data 2017 - 2019

Niñas que completan secundaria baja

Latinoamérica & Caribe

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Unesco - Data 2017 - 2019 II

Niñas que completan secundaria alta

Latinoamérica & Caribe

© Más-Educación

Incremento de ausentismo de niñas por COVID-19

Ahora bien, se estima que las cifras de niñas fuera de la escuela han incrementado a causa de la pandemia COVID-19. Si bien no hay data consolidada aún, la organización Plan Internacional realizó encuestas a niñas y mujeres en 14 países (incluidos 3 de Latinoamérica) donde encontró que el 62% de niñas identificó como el mayor efecto negativo de la pandemia el “no poder ir a la escuela o la universidad”. Además, en países afectados por fragilidad y/o conflictos, las niñas tienen 2.5 más probabilidades que los niños de no acceder a educación. Por lo tanto, podemos deducir que debido a la pandemia COVID-19 el acceso de las niñas a la educación se ha reducido.

Por último, las niñas no solo tienen derecho a ir a la escuela sino a recibir educación de calidad. Esto se confirma en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente en el ODS 4, que los países se comprometieron a alcanzar hacia el 2030. El ODS 4 implica “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” .

Garantizar educación de calidad para las niñas implica que cuenten con docentes capacitados y recursos para lograr aprendizajes, que se sientan seguras en sus escuelas y espacios educativos, que adquieran capacidades y conocimientos para integrarse y competir en el mercado laboral, que desarrollen las competencias socioemocionales necesarias para navegar y adaptarse a un mundo cambiante y que tengan la oportunidad de tomar decisiones autónomas sobre sus propias vidas contribuyendo de manera activa a sus comunidades y al mundo.

Alumnos en Pomacancha

Alumnos en clases

Pomacancha, Junín, Perú

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¿Por qué las niñas no acceden a educación?

Las razones para privar a las niñas de educación son diferentes en cada país y comunidad.
Con base en las barreras identificadas globalmente por el Banco Mundial presento algunas que afectan a la región de Latinoamérica con ejemplos de Perú.

  • Es uno de los factores más determinantes para que las niñas no puedan acceder y completar su educación. Las niñas provenientes de hogares pobres o pobres extremos, que viven en zonas rurales o remotas y/o que pertenecen a una minoría etno-lingüística suelen estar retrasadas en su educación o no poder acceder a ella. Por ejemplo, la tasa de conclusión de la secundaria en el 2019 en Perú para mujeres adolescentes en áreas rurales es de 62.4% y en hogares de pobreza extrema es de 47.9%, mientras que en las zonas urbanas es de 81.7%.

  • Miles de niñas en la región son víctimas de violencia en sus caminos a las escuelas así como dentro de ellas. Desde las niñas que tienen que caminar varias horas en áreas rurales hasta quienes toman el transporte público en zonas urbanas están expuestas a acoso y abuso sexual en el camino hacia sus centros educativos. Por ejemplo, en Perú, en el 2022 “cada día 16 niñas y adolescentes mujeres son víctimas de abuso sexual” afirma UNICEF.  Y, entre 2013 y 2022, el sistema de reporte de violencia en la escuela SíSeVe informa sobre 22,744 casos de violencia física, psicológica y/o sexual contra niñas y mujeres adolescentes. 

    La violencia afecta gravemente la salud física y mental de las niñas y eso conlleva a que reduzcan su asistencia a escuela, que abandonen su educación y/o que sus familias no las envíen a las escuelas por temor. Los abusos sexuales y explotación sexual pueden resultar en embarazos adolescentes, por ejemplo, entre 2020 y 2021 los casos de madres menores de 15 años en Perú se incrementaron de 1158 a 1438. Las niñas que se convierten en madres usualmente son víctimas de estigmas y discriminación en sus familias y comunidades. Las consecuencias de ello pueden llevar a las niñas a abandonar sus escuelas.

  • En muchos hogares de Latinoamérica se prioriza la educación de los niños sobre la de las niñas, especialmente en hogares donde los recursos para cubrir los gastos escolares (transporte, materiales, uniforme, etc.) son limitados. Por ejemplo, desde MásEducaciónPe, recogimos el testimonio de un docente de Pomacancha (área rural en Junín, Perú) quien nos contó que tuvo que persuadir a las familias para que permitan que las estudiantes continúen sus educación a distancia en la pandemia. Las familias preferían que las niñas inviertan su tiempo en ayudar con las labores de cosecha y casa antes que en estudiar. Esta barrera dentro del hogar impide que las niñas completen su educación.

  • Desde las clases hasta los espacios en las escuelas pueden reforzar mensajes que afectan las aspiraciones y bienestar de las niñas. Por ejemplo, en Latinoamérica desde pequeñas muchas niñas escuchan a profesores decir que “las mujeres no son tan buenas para las matemáticas como los hombres” lo cual incide en que excluyan de sus opciones profesionales disciplinas STEM (Nota de la redacción: STEM proviene del acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics, en español: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Asimismo, los espacios de muchas escuelas no contemplan las necesidades específicas de las mujeres en relación a la higiene menstrual por ejemplo, por ello las niñas se sienten incómodas y no quieren asistir a la escuela.

    Los peores escenarios se dan cuando varias barreras coexisten en un solo contexto. Los estudios demuestran que en los escenarios de mayor pobreza, las barreras se hacen más latentes. 

  • ¿Por qué educar a las niñas nos beneficia a todos?

    Además de que la educación es un derecho humano, cerrar la brecha de género en educación trae beneficios económicos, sociales y políticos a un país.

    Primero, educar a las niñas reduce la pobreza y la inequidad en los países, pues permite a las mujeres integrarse a los mercados aportando a la economía del país. Estudios han comprobado que la pobreza afecta más a las mujeres que a los hombres, y que privar a las mujeres de oportunidades para desarrollar su potencial afecta al desarrollo de la sociedad. Por tanto, si se educa a las niñas, y estas cuentan con oportunidades de desarrollarse, se beneficiará tanto a hombres como a mujeres. One estima que cerrar la brecha de género en educación puede traer entre $112 y $152 billones de dólares al año en países en desarrollo.

    Segundo, la educación de calidad es indispensable para fortalecer la ciudadanía democrática en los países. Esto permite que podamos vivir en comunidad y evitar conflictos. La investigación publicada por One estima que la potencialidad de conflictos en un país podría decrecer hasta en 37% si se le brinda educación de calidad tanto a hombres como a mujeres.

    Tercero, las niñas que completan sus ciclos educativos fundamentales son menos propensas al embarazo adolescente y tienden a llevar vidas más saludables y productivas. Se ha determinado que las niñas que han accedido a educación formal son más propensas a usar anticonceptivos, casarse en edades posteriores, tener menos hijos, no contraer VIH y estar mejor informadas acerca de las necesidades nutricionales de sus hijos.

    Por último, las mujeres con educación de calidad tienden a ganar mejores salarios, y liderar las decisiones sobre su vida construyendo un futuro mejor para ellas y sus familias. Actualmente en Latinoamérica se tiene una tasa de 53% de participación de las mujeres en el mercado laboral (por debajo de la tasa de participación masculina). Más mujeres educadas dinamizan el mercado laboral.

    ¿Puede la tecnología ser una solución para educar a las niñas?

    Hoy que estamos saliendo de una pandemia global en la que las niñas y niños se han visto obligados a aprender a distancia integrando tecnología, el acceso a la misma ha crecido y nos abre la posibilidad de imaginar a la tecnología como una herramienta que contribuya a cerrar la brecha de género en educación. A fines del 2021 Latinoamérica alcanzó los 500 millones de usuarios de conexiones a internet por celulares inteligentes (smartphones)  y que para el 2025 se llegará a una adopción del 80% de la población. Por tanto, el acceso a esta tecnología podría utilizarse para potenciar la educación de las niñas.

    Sin embargo, sabemos que brindar acceso a dispositivos y conectividad no garantiza educación de calidad. Ejemplos como One Laptop Per Child en 2007 y el millón de laptops entregadas en la estrategia Aprendo En Casa en 2021 en Perú evidencian que lograr que la tecnología impacte en la mejora de los aprendizajes requiere mucho más que entregar laptops o tablets a los estudiantes.

    GRADE realizó el estudio One Laptop per Child at Home: Short-Term Impacts from a Randomized Experiment in Peru que demostró que la introducción de las XO no había logrado impacto en los aprendizajes pues carecía de una estrategia pedagógica y de fortalecimiento docente. Por otro lado, la entrega de 1 millón de tablets en el 2021 como parte de Aprendo en Casa no ha sido evaluado aún en su impacto pero el Minedu ya presentó el Estudio Virtual de Aprendizajes 2021 donde los estudiantes han reducido sus logros de aprendizajes en niveles muy altos; por tanto, podemos deducir que las tablets no impactaron tanto en mitigar los aprendizajes. Hay que esperar un estudio para confirmarlo pero me aventuro a dicha deducción en este artículo dado el diseño de la estrategia y la data actual.

    La tecnología empodera a las niñas y mujeres en su educación formal y en varios otros aspectos de la vida

    La educación con tecnología sí puede fortalecer la educación de las niñas y mujeres. Además, la evidencia demuestra que el involucramiento activo de las niñas y mujeres con la tecnología no solo logra aprendizajes sino que las empodera. Sin embargo, se requieren cumplir ciertas condiciones en la implementación para lograr el impacto deseado.

    El EdTechHub revisó la evidencia de 39 estudios sobre niñas y EdTech (educación con tecnología) a nivel mundial y encontraron que:

    • Cuando las niñas tienen acceso completo a la Edtech y las barreras se eliminan, las niñas responden a la tecnología con un mayor grado de participación e involucramiento que los niños. Por ejemplo, en Kenya las niñas subieron significativamente más que los niños su nivel de lectura con la integración de un app.
    • El acceso completo a la EdTech también ha demostrado ser más impactante en empoderar a las niñas y mujeres que a los niños y hombres. Por ejemplo, en África, varios proyectos de alfabetización mediante móviles (mobile-assisted literacy learning) para niñas y mujeres han logrado brindarles acceso a comprender lecturas en idiomas que antes no manejaban.


    La tecnología empodera a las niñas y mujeres en su educación formal y en varios otros aspectos de la vida. En India, por ejemplo, un proyecto de Aprendizaje a distancia y en línea (Online and Distance Learning) ha logrado que las mujeres incrementen sus posibilidades de acceder a oportunidades económicas, sus habilidades de tomar decisiones sobre su propia salud y de entender sus derechos.

    Importancia de contar con autoridades y políticas educativas que prioricen la inversión en la educación de niñas y mujeres

    Ahora bien, los beneficios que trae la integración de la educación con tecnología para la educación de calidad y empoderamiento de niñas y mujeres solo se darán si a) se logra el acceso equitativo de las niñas a la tecnología y b) se implementa en un contexto educativo listo para la transformación integral.

    Por un lado, los estudios demuestran que una de las barreras más grandes a superar es el acceso no equitativo de las niñas a la tecnología. En muchas escuelas no se cuenta con suficientes recursos para lograr el acceso equitativo, y en otras donde sí se cuentan con recursos, muchas autoridades y docentes tienen un sesgo de género que impide el acceso equitativo. De acuerdo a roles aprendidos y prácticas comunes, en la escuela se privilegia el acceso a tecnología de los hombres sobre las mujeres. Lo mismo sucede afuera de la escuela, por ejemplo en el acceso a teléfonos móviles en los hogares. En las familias se les limita a las niñas el acceso a la tecnología por roles de género establecidos y ellas aprenden estas limitaciones convirtiéndolas en una autorregulación que las restringe en su confianza a usar y explorar la tecnología. 

    Por el otro, es necesario contar con un contexto educativo listo para una transformación integral. Primero, los docentes deben ser capacitados y fortalecidos en su desarrollo profesional en cuanto a la integración de tecnología y a estrategias de enseñanza que sean responsivas a las necesidades específicas de género. Segundo, la currícula y estrategias pedagógicas debe ser transformadas hacia la integración de tecnología y la eliminación de la discriminación de las niñas y mujeres. Lamentablemente en muchos países aún permanecen los sesgos de género en el contenido y formas de enseñar en las escuelas. Tercero, se debe contar con autoridades y políticas educativas que prioricen la inversión en la educación de niñas y mujeres.

    De no darse las condiciones mencionadas o de no integrar a la implementación del proyecto el trabajo en dichas condiciones, el riesgo es que el proyecto no solo no impacte en fortalecer a niñas y mujeres sino que amplíe la brecha de género ya existente.

    Conclusiones

    • El acceso de las niñas y mujeres a recibir y completar una educación de calidad es un derecho humano.
    • Hoy las niñas en el mundo experimentan varias barreras para acceder a la educación de calidad. En Latinoamérica resaltan la pobreza, violencia, aspectos culturales e inequidad en las escuelas.
    • Es urgente educar a niñas y mujeres porque es su derecho y su educación beneficia económica, social y políticamente a los países.
    • La educación con tecnología sí puede fortalecer la educación de las niñas y mujeres. Además, la evidencia demuestra que el involucramiento activo de las niñas y mujeres con la tecnología no solo logra aprendizajes sino que las empodera. 
    • Las condiciones esenciales para lograr que la educación con tecnología impacte en cerrar la brecha de género y empoderar niñas y mujeres son el acceso equitativo de las niñas a la tecnología y la implementación en un contexto educativo listo para la transformación integral.

     

    Acerca de la autora

    Autora: Carla Gamberini Coz

    CEO y cofundadora de MásEducaciónPe

    Directora para las Américas y España de Mangahigh

    Carla Gamberini

    Carla Gamberini

    CEO Más-Educación

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