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Elecciones generales en Cataluña
Será complicado

Cataluña elige su nuevo Parlamento el día de San Valentín.
Salvador Illa in der Parteizentrale der katalanischen Sozialisten
Salvador Illa in der Parteizentrale der katalanischen Sozialisten © picture alliance / ASSOCIATED PRESS | Emilio Morenatti

La Comunidad Autónoma elige un nuevo Parlamento regional en pleno pico de la tercera ola de la pandemia de coronavirus; las elecciones se denominan como es habitual aquí con el acrónimo de la fecha de las Elecciones: “14-F”. En septiembre del pasado año, el Tribunal Supremo de España había ratificado la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, por la cual el Presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, quedaba inhabilitado para ejercer cualquier cargo público durante año y medio, por lo que fue destituido del cargo inmediatamente por desobediencia a la Junta Electoral Central. Fue sustituido por Pere Aragonés, convirtiéndose éste en Presidente de la Generalitat y convocando nuevas elecciones finalmente para el 14 de febrero de 2021.

Las encuestas predicen una apurada victoria de los socialistas catalanes, que se presentan con el reciente Ministro de Sanidad del Gobierno central en Madrid, Salvador Illa, como líder. Enviar a la victoria electoral al querido catalán de Madrid, claro ganador en las preferencias de los electores, podría ser aprovechado por la socialdemocracia española del Presidente Sánchez. El PSC, tal y como se denomina a los socialistas catalanes (Partido de los Socialistas de Cataluña), como principal fuerza política, sería un gran éxito aún cuando el cambio en la cartera del Ministerio de Sanidad ha preocupado y asombrado a muchos observadores de cara a la pandemia.

Diferentes opciones de gobierno posibles

Si los socialistas terminarán formando gobierno o si los abogados de la separación, es decir, los partidarios de la independencia, dividirán Cataluña de España hoy antes que mañana, arruinando de este modo el día de San Valentín, es algo que no nos desvela el horóscopo demoscópico. Hay dos constelaciones posibles:

Por un lado, existe la posibilidad de una reelección del actual gobierno nacionalista de izquierdas bajo “JxC” (Junts per Catalunya), la alianza del anterior y huido a Bruselas Presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, quien mientras tanto se ha convertido en Eurodiputado. También la formación ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) estaría dentro también y cuyo apoyo es necesario para Pedro Sánchez y su gobierno en minoría. Pero ERC también podría decidir las elecciones a su favor como JxC en los últimos metros y sería inevitable también para la segunda opción, un tripartito de Socialistas, Esquerra y En Comú Podem, una coalición de izquierdas en la que participa el partido populista de izquierdas Unidas Podemos, el cuál cogobierna en Madrid. Una mezcla complicada, en la que se echa de menos el conocimiento económico necesario, especialmente en vista a la crisis del Covid. Como funcionan mejor las cosas, lo muestra la Comunidad Autónoma de Madrid, que con su política económica liberal supera a Cataluña en todas las claves económicas importantes. Así es que aparte de la crisis económica del Covid, llega el efecto Brexit a los debates sobre la independencia de la región.

Los liberales se encuentran ante muchos desafíos en su propio terreno.

La situación de salida también es complicada para el partido liberal socio de FNF, Ciudadanos. Mientras que en el año 2017 avanzaron a principal fuerza política en el Parlamento y poseen actualmente 36 escaños, las encuestas les dan máximo 13 escaños. Las elecciones en su tierra política son la principal prueba de resistencia para Inés Arrimadas, desde que hace apenas un año fuera elegida como nueva jefa del partido de Ciudadanos. Bajo su dirección, se ha mostrado más fuerte como formación del centro político después de la derrota electoral en noviembre de 2019, cuando el joven partido pasó de 57 diputados a 10 en el Congreso de España. Que este camino no es fácil, pero sí el correcto, lo demuestran los actuales datos demoscópicos de Cataluña: los socialistas catalanes robarán en torno a un 30% de los electores de Ciudadanos, lo que refleja que Ciudadanos le hace la competencia a los partidos tradicionales a derecha e izquierda del centro (y no es otro partido de derechas, como quieren hacer ver muchos medios), aún cuando el movimiento de electores les perjudica esta vez.

Como opción de centro, se posicionarían tras los socialistas de nuevo como segunda fuerza entre los “Constitucionalistas” (como partidos fieles a la Constitución contra la independencia de Cataluña) y además como principal partido no de izquierdas. El slogan del PP, Partido Popular, “Yes we Cat” me resulta simpático e impacta en su dirección de partido, pero no entre los electores ya que no pinta bien para los conservadores. Se estiman únicamente entre 3 y 4 escaños, con los que el PP se situaría claramente detrás de la formación populista de derechas VOX, que podría tener entre seis y ocho escaños.

Wahlplakat der Partido Popular
Ein "Yes We Cat" Wahlplakat der Partido Popular

Elecciones en tiempos de Corona – una tensa atmósfera

Una semana antes de la votación, se ha venido calentado el ambiente en los actos electorales de Vox, con las intervenciones de personalidades nacionales se produjeron disturbios el pasado domingo, donde varios policías resultaron heridos. Disturbios de este tipo son lo último que necesitan las autoridades y los centros sanitarios en vista de la situación epidemiológica actual. La situación de la pandemia ha creado que se publiquen los resultados electorales los días siguientes a la votación. Muchos ciudadanos obligados a asistir a los colegios electorales han solicitado no cumplir con este deber ciudadano o han enfermado por Covid. Esto puede llevar a que los colegios electorales no estén lo suficientemente preparados y muchos no puedan votar.

La Generalitat ha anunciado por precaución que no publicará ningún resultado si se prohíbe votar a un gran número de catalanes el día de San Valentín en este contexto (el voto se puede entregar, como máximo, 48 horas después). Así se evita la elección táctica de los rezagados. En definitiva, no es un día para celebrar la democracia, sino más bien una obligación con obstáculos en tiempos difíciles.