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Agitación política en Italia: ¿Próxima salida "coalición-Ursula"?

Italien, quo vadis?

Parlamentsgebäude in Rom, Italien

© YinYang/ iStock Gettyimages/ adaptiert

Tras la dimisión del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, es necesario formar un nuevo gobierno en Italia. Una de las opciones más discutidas es un gobierno de mayoría "ursulista", en referencia a que los partidos implicados habían elegido a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión de la UE. Este gobierno de "rescate nacional" estaría formado por cuatro partidos, el populista Movimiento Cinco Estrellas, los socialdemócratas (PD), los izquierdistas Liberi ed Uguali y el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi, que de repente vuelve a la carga. "Forza Italia", con su envejecido presidente - Berlusconi tiene 84 años -, lleva años en una espiral descendente. Según las encuestas, sólo un seis por ciento votaría al partido que es conservador y forma parte del Partido Popular Europeo. A nivel nacional, Forza Italia ha formado parte de la alianza de la derecha hasta ahora, aunque tenga poco en común y se vea superada por la derecha por el programa nacionalista de la Lega de Matteo Salvini y los postfascistas Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia) de Giorgia Meloni.

El gobierno había estallado por la disputa de la asignación de los miles de millones de euros de la ayuda prometida por la UE por los efectos del coronavirus y la posterior retirada del ex primer ministro Matteo Renzi y su pequeño partido Italia Viva (IV) del gobierno de coalición (retirada de dos ministros, Elena Bonetti, Familia e Igualdad de Oportunidades, y Teresa Bellanova, Política Agrícola, así como del Secretario de Estado Ivan Scalfarotto). Conte sobrevivió al posterior voto de confianza, pero no a la crisis de gobierno. En la cámara más pequeña, el Senado, Conte logró una mayoría relativa con 156 votos a favor, 140 en contra y 16 abstenciones (Italia Viva), gracias al apoyo de los senadores honorarios que no suelen participar en el proceso legislativo, así como de los tránsfugas de las filas de los independientes y la oposición. A pesar de este movimiento, ampliamente criticado en Italia y en el extranjero por considerarlo poco razonable, políticamente motivado e irresponsable en tiempos de pandemia, Renzi ha dejado una puerta trasera abierta: todavía no se descarta una vuelta al gabinete de un gobierno de Conte III. Destacados políticos de los socialdemócratas y del movimiento Cinco Estrellas ya se han desmarcado de su posicionamiento inicial de no colaborar más con Italia Viva. En las proyecciones de los medios de comunicación italianos sobre una posible nueva mayoría en el Parlamento, Italia Viva también está incluida en la "maggioranza Ursula".

A pesar de las turbulencias políticas, el escenario menos probable es la disolución del Parlamento por parte del presidente Sergio Mattarella y la celebración de elecciones anticipadas en junio. Mattarella quiere evitar nuevas elecciones igual que las fuerzas de centro-izquierda del Parlamento, ya que muy probablemente ganaría la extrema derecha, Lega y Fratelli d'Italia. El teatro político en Roma, para disgusto de la estabilidad política, continuará. Qué salida se tomará en medio de una pandemia y de enormes desafíos por delante, lo veremos en los actos que están por llegar.

Comentario de Enzo Marzo, Critica Liberale

Respecto a la crisis de gobierno, se trata de una crisis política, que no tiene nada que ver con el Fondo de Recuperación o el MEDE. El objetivo de Renzi es simplemente sustituir a Conte por un primer ministro perteneciente a la política clásica; hasta 2018 Conte nunca había estado en política y no procede de los partidos clásicos italianos. En opinión de Renzi, la sustitución de Conte podría favorecer una ampliación de la mayoría gubernamental también a los centristas de derecha. Sin embargo, esta opción no valdría con el movimiento 5 estrellas, por lo que podría haber elecciones anticipadas para las que los partidos soberanistas y nacionalistas de derechas lideran las encuestas. El verdadero problema de Italia es la falta de voluntad de todos los partidos para promover las reformas imprescindibles para que Italia sea competitiva y tenga así un mayor desarrollo económico.

La reforma de la administración pública, la digitalización y la reforma judicial son probablemente las necesidades más urgentes. La política italiana prefiere ocuparse de las pequeñas disputas de poder en lugar de esforzarse por encontrar una mediación, incluso entre la mayoría y la oposición, para llevar a cabo las reformas indispensables.

Actualmente, Conte cuenta con el apoyo del Partido Democrático Liberi ed Uguali (de izquierdas, a medio camino entre el PSOE y el GUE) - el Movimiento 5 Estrellas votó a favor de Conte (incluso unos dos o tres diputados de Forza Italia), mientras que Più Europa de Emma Bonino votó en contra, igual que Forza Italia (PPE), la Lega de Salvini (ID) y Fratelli d'Italia (ECR). La Italia Viva de Renzi, tras provocar la crisis política, se abstuvo.

Estamos muy preocupados por la incapacidad de todos los políticos para afrontar la gravedad del momento. Hay que reconocer que el gobierno de Conte, dadas las dramáticas condiciones en las que se encontraba la sanidad nacional, demostró una buena capacidad de gestionar la emergencia del Covid, aún más complicada por el hecho de que la competencia sobre la política sanitaria está en las regiones, con las que el gobierno nacional debe mediar siempre.