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Venezuela
Definido: Machado es la candidata presidencial de la oposición

La aspirante presidencial opositora, María Corina Machado, celebra con sus seguidores en su sede de campaña en Caracas, Venezuela, tras conocer los resultados de su victoria en las elecciones primarias de la oposición.
María Corina Machado

La candidata presidencial opositora María Corina Machado celebra con sus seguidores tras el anuncio de los resultados de las elecciones primarias de la oposición en su sede de campaña en Caracas, Venezuela.

© picture alliance / ASSOCIATED PRESS | Ariana Cubillos

Venezuela viene atravesando un momento histórico al tiempo en que busca recuperar su democracia en medio de desafíos significativos. El 22 de octubre, el país logró un hito notable en este tumultuoso proceso, que ha sido marcado por la inestabilidad política, la crisis económica y las crisis humanitarias. Ese día la oposición llevó a cabo con éxito elecciones primarias en las que participaron diez candidatos, logró un sólido apoyo popular y subrayó su compromiso inquebrantable de restaurar la democracia. La participación ciudadana superó las expectativas.

La celebración de elecciones primarias puede parecer algo normal en cualquier democracia, pero para Venezuela representa un logro extraordinario. Los obstáculos que enfrentaron para organizar estos comicios fueron enormes. El gobierno de Maduro modificó abruptamente la composición del Consejo Nacional Electoral (CNE) hace poco, se aseguró una mayoría de jueces afines a ellos y ofreció un apoyo tardío e insuficiente para la organización de las primarias. El régimen también prohibió a los medios de comunicación informar sobre las elecciones, descalificó a figuras clave de la oposición para ocupar cargos públicos e impuso restricciones de viaje. Estos desafíos son recordatorios palpables del arduo camino que los reformadores en Venezuela deberán recorrer para eventualmente reconstruir su democracia. Pese a todo esto, durante la campaña para estas primarias se notó una movilización masiva de venezolanos de todos los ámbitos, lo que revela un claro y compartido deseo de un cambio por la vía democrática.

Con gran mérito, la candidata de centro-derecha, María Corina Machado, del partido liberal VENTE Venezuela, quien había sido sancionada en junio con una inhabilitación para ocupar cargos públicos por una entidad controlada por el gobierno, emergió como la clara ganadora con más del 92% de apoyo (con casi dos tercios de los votos contados). Según la comisión electoral organizadora, aproximadamente 2.3 millones de venezolanos participaron en las primarias, lo que superó muchas expectativas. Todos los participantes en estas elecciones primarias se revelaron a sí mismos como partidarios de la oposición, arriesgando potenciales represalias de las autoridades del gobierno. En sus primeras declaraciones tras conocer los resultados, María Corina Machado enfatizó el alto nivel de participación en todo el país y el rol significativo desempeñado por la diáspora venezolana, que votó en más de 80 ciudades en 31 países.

De hecho, el papel de la diáspora venezolana fue fundamental y demostró un apoyo inquebrantable al movimiento por la reforma democrática. Las elecciones primarias no solo han energizado a los venezolanos en su país, sino que también han generado solidaridad global en favor de su causa. El rol de la comunidad internacional, sin embargo, ha ido más allá de la participación de los venezolanos que viven en el extranjero.

El Acuerdo de Barbados

La organización de las primarias no ha sido el único proceso significativo iniciado por las fuerzas de oposición. La Plataforma Unitaria –compuesta por varias facciones opositoras– y el régimen de Maduro reanudaron hace poco las negociaciones mediadas por las autoridades noruegas. El 17 de octubre, un acuerdo entre ambas partes marcó un nuevo punto de inflexión.

El Acuerdo de Barbados tuvo como propósito garantizar elecciones presidenciales justas en el 2024 mediante la incorporación de auditorías, la actualización del registro electoral, la participación de misiones internacionales de observación electoral y la protección del derecho de los candidatos de la oposición a participar. Tras formalizarse este acuerdo, Estados Unidos, pese a no ser un participante directo, mostró su apoyo al reducir algunas sanciones económicas impuestas a los sectores petrolero, gas y oro de Venezuela. Sin embargo, este alivio de sanciones llega con una advertencia: si Venezuela no cumple con sus compromisos establecidos en el acuerdo, que incluyen no excluir ilegalmente a candidatos de la oposición, esas sanciones podrían ser restablecidas. El propio Departamento del Tesoro estadounidense enfatizó su disposición a enmendar o revocar esa autorizaciones si los representantes de Maduro no cumplen con su parte del trato. Esto resalta el papel crucial que juega la comunidad internacional.

Mirada a futuro

Resolver los problemas de descalificaciones de candidatos y garantizar la unidad de la oposición serán de crucial importancia para lograr una solución duradera que restaure la democracia y la estabilidad en Venezuela. El régimen de Maduro tendrá una oportunidad de permitir una transferencia pacífica de poder, lo que será necesario para reconstruir la hoy destrozada economía y permitir el regreso de millones de refugiados. La atención de la comunidad internacional, su apoyo decidido a una transición democrática y el compromiso de todas las partes de cumplir con sus promesas serán indispensables.

Dicho esto, existen incertidumbres en el horizonte. La inhabilitación que pesa sobre la candidatura de Machado continua en vigor; y la redacción del Acuerdo de Barbados no aclara del todo si podrá participar en las elecciones presidenciales. Si el régimen de Maduro insiste en su exclusión, la oposición podría verse obligada a boicotear las elecciones. En el peor de los casos, más de uno de los partidos de oposición que son parte de la Plataforma Unitaria podrían decidir participar en la elección presidencial pese a la exclusión de Machado. Tal desprecio por los resultados de las elecciones primarias dividiría profundamente a la oposición y, dada la impresionante movilización a favor de Machado, tendría consecuencias impredecibles. En tal escenario, una oposición dividida allanaría el camino para la reelección de Maduro.

Es por ello que resulta de suma importancia que los Estados Unidos, la Unión Europea y los gobiernos latinoamericanos continúen exigiendo firmemente el levantamiento de las inhabilitaciones a candidatos, preferiblemente a través de procesos independientes que revisen cada caso. Deben dejar claro de manera explícita que las sanciones más severas se restablecerán de inmediato si el gobierno no cumple con garantizar las condiciones para unas elecciones genuinamente democráticas.

La situación sigue siendo compleja, ya que el gobierno de Maduro aún mantiene control sobre el CNE, el sistema judicial y los sistemas de seguridad, todo lo cual podría ser un obstáculo para la implementación del nuevo acuerdo y la realización de elecciones competitivas.

Tras la imposición de la inhabilitación a María Corina Machado en junio, el Parlamento Europeo envió un claro mensaje criticando esta medida represiva y pidiendo elecciones libres y justas. Europa y el resto de la comunidad internacional enfrentan el reto de lograr ejercer presión sobre Maduro en los próximos meses. Es fundamental dejarle claro de manera inequívoca que no se debe desaprovechar la oportunidad de una transición pacífica y democrática. Esta transición es de suma importancia para estabilizar a Venezuela y poner fin a la crisis en curso. Con 7 millones de refugiados, este representa no solo el mayor movimiento de desplazamiento y migración en la historia reciente de América del Sur, sino también a nivel global. Hay pocas regiones donde tantas personas hayan huido de su tierra natal.

Niome Hüneke-Brown es Directora de Proyectos de la Oficina de Proyectos para los Países Andinos de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en Lima, Perú.