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Nuevas elecciones en España
Las elecciones anticipadas son la mejor opción para el presidente Sánchez

Spaniens Ministerpräsident Pedro Sánchez

Spaniens Ministerpräsident Pedro Sánchez

© picture alliance / EPA | J.J.Guillen

Los españoles elegirán nuevo Parlamento el 23 de julio de 2023, unos cinco meses antes de lo previsto. Con ello, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intenta salir airoso de la amarga derrota sufrida el domingo por su partido, el socialdemócrata PSOE. En las elecciones locales a escala nacional y en las elecciones regionales en 14 de las 17 comunidades/ciudades autónomas ,el PSOE se estrelló de verdad. La pérdida de las regiones de Valencia o Aragón, por ejemplo, pero también de los ayuntamientos de Sevilla, tradicionalmente un bastión socialista, o de Valladolid a manos del conservador PP ("Partido Popular") es especialmente dolorosa. Es el signo de una profunda insatisfacción de amplias capas de la población con la coalición gobernante del PSOE y la alianza populista de izquierdas "Unidas Podemos", tolerada por los partidos nacionalistas regionales de Cataluña y el País Vasco/Navarra.

En la región capital de Madrid y también en la propia capital del país, el PP puede llegar a gobernar con mayoría absoluta en el futuro. La primera ministra de la región, Isabel Díaz Ayuso, actúa de forma económicamente liberal y también ha comercializado la región de la capital como destino turístico y de inversión con un descarado curso de relajación durante la pandemia de Covid. Es notable, por un lado, que el PP haya conseguido conquistar o ampliar su poder en los grandes centros urbanos de todo el país y, por otro, que también haya tenido éxito en los barrios socialmente menos favorecidos. En muchas regiones y parlamentos municipales, sin embargo, tendrá que contar con la cooperación del partido populista de derechas Vox, que parece consolidarse como tercera fuerza del país. Ciudadanos, el partido de centro liberal, desaparece como posible socio de coalición en las regiones y grandes ciudades, ya que apenas está representado en el mapa político.

Nuevas elecciones el 23 de julio

El lunes por la mañana, Pedro Sánchez comunicó al Rey Felipe VI su decisión de adelantar cinco meses las elecciones, que debían celebrarse en diciembre. El periodo de sangría política tras la derrota electoral habría sido demasiado grande, y posiblemente también las presiones internas del partido sobre el propio Sánchez para que no volviera a presentarse como presidente del Gobierno. Sin embargo, la decisión fue "propia de Sánchez": políticamente arriesgada y maquiavélica. Pueden haber influido las siguientes consideraciones

  1. El PP entrará ahora en coaliciones con VOX o será tolerado por éste en algunas comunidades autónomas y ayuntamientos. Dado que, tal y como están las cosas, este modelo es también la única vía de acceso al poder para el PP a nivel nacional, es probable que la campaña electoral del PSOE se centre fuertemente en impedir que los populistas de derechas participen en el gobierno, una estrategia nada absurda si se tiene en cuenta que la tinta aún está húmeda en los acuerdos correspondientes a nivel regional/local.
  2. La coalición del PSOE con la alianza de izquierdas "Unidas Podemos" es mal vista por muchos españoles, pero tal y como están las cosas Sánchez depende de una nueva edición de la coalición si quiere seguir siendo presidente del Gobierno. Con las nuevas elecciones, obliga a los peleones entre sus socios de coalición a trabajar juntos y aumentar así sus posibilidades electorales: la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz -de tono moderado, la política más popular de España y, por tanto, predestinada en realidad a ser el motor de la campaña- intenta unir a la izquierda con su plataforma "Sumar", pero hasta ahora no ha podido contar con el apoyo de Podemos y, en particular, del ex líder de Podemos Pablo Iglesias, que sigue marcando la pauta. Ahora ambos tienen 10 días para establecer una plataforma electoral conjunta y la presión parece estar funcionando: ambos políticos están de repente más dispuestos a pactar.
  3. El efecto sorpresa. Mientras que es probable que Sánchez, en el círculo de sus confidentes más cercanos, haya tomado importantes decisiones estratégicas y preparado una campaña electoral para este escenario en las últimas semanas, la decisión pilla a todos los demás desprevenidos y es probable que provoque un revuelo en la sede del partido.
  4. Comunicación: Con la nueva decisión electoral, se fijó rápidamente un nuevo tema, con el que la España mucho y emocionalmente comentada se ocupará ahora durante semanas, ya sea profesionalmente en la sala de prensa o en el bar. De este modo, el abrumador éxito de los conservadores en las elecciones del domingo pasa en cierta medida a un segundo plano.

Las elecciones anticipadas son la mejor opción para Sánchez

La presidencia del Consejo de la UE, que España ejerce por rotación en el segundo semestre del año, sufrirá las consecuencias de la decisión. Aunque el funcionariado español, muy profesional, se las arreglará para organizarla a la perfección, el apoyo político a proyectos importantes de la presidencia, como la autonomía estratégica de Europa o unas relaciones más sostenibles con América Latina, brillará por su ausencia en estos momentos. Al mes electoral de julio le sigue el mes vacacional de agosto: para cuando el nuevo gobierno haya jurado su cargo y esté algo asentado, el Niño Jesús estará en la puerta. Y eso independientemente de si será una nueva edición de la coalición existente o un cambio de gobierno.

Conclusión: Pedro Sánchez está haciendo honor a su reputación de astuto estratega. Dada la mala posición de partida tras las elecciones del domingo, las elecciones anticipadas son su mejor opción. Que al final los votantes recompensen esta jugada dependerá también de la rapidez con la que la oposición se adapte al nuevo escenario. La relación entre los dos grandes partidos y los flecos políticos y nacionalistas regionales marcará la campaña electoral.