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África
La mirada española al norte de África

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Decir África es decir muchas palabras a la vez. Es abrir un libro con infinidad de páginas en las que se recogen miles y miles de pequeñas historias muy dispares entre sí que chocan con las que están en blanco, porque aún hay mucho por escribir. África es un continente que triplica en tamaño a Europa, en el que se habla más de 2.000 lenguas, en donde nada o muy poco tienen que ver los más de 1.300 habitantes que habitan los 54 países que lo componen, una población que se prevé que en 2050 aumente a 2.500. África es un misterio que se va desvelando o descubriendo poco a poco y en donde cada vez hay más miradas interesadas.

Por eso, África, hoy, sin obviar sus conflictos bélicos, los problemas de hambruna, pobreza o inseguridad, porque son, queramos o no, una realidad, se nos presenta muy diferente con respecto a la de no hace tantos años.  Sin perder de vista esa balanza desequilibrada, tanto dentro del continente, como cuando nos asomamos y desde una de las orillas del Mediterráneo miramos hacia la otra, lo cierto es que también observamos que se abre un abanico lleno de posibilidades, que, aunque a ritmos distintos a como lo hacen otros, algunos países del norte africano apuestan por subirse a ese tren de alta velocidad. Ya no se mira a este continente sólo para ver cómo se le ayuda, sino también para analizar y hacer conjuntamente ese viaje de progreso al que se ha apuntado. Y España, por muchas razones, entre ellas históricas, geopolíticas y geográficas, no quiere perdérselo.

Si nos fijamos en esos países africanos que, como el nuestro, son bañados por ese mar Mediterráneo que inmortalizó en sus cuadros el gran pintor valenciano Sorolla, podemos afirmar que los empresarios españoles no están perdiendo el tiempo, pues son conscientes del potencial que presenta, situación que les está llevando a ampliar sus relaciones comerciales e inversiones.

No olvidemos tampoco el importante papel que España puede jugar y juega como puente no sólo físico de Europa a África, sino también, principalmente unidos por una lengua común, hacia América Latina. Lo saben; lo sabemos. Recordemos, por ejemplo, la estrategia Global Gateway que financia infraestructuras de países de la UE en África por un total de 300.000 millones de euros hasta el 2027.

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Tanger

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Y en esa mirada vemos Marruecos, para quien la Unión Europea es su principal socio comercial, y, dentro de los países miembros, España encabeza el ranking. De todos son conocidas las buenas relaciones existentes entre los gobiernos español y marroquí, lo que facilita una colaboración estrecha en el área de las inversiones y actividades de negocio. Según datos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), Marruecos representa el 50 % de las exportaciones españolas a África, aunque no es España el país que abre la lista con 21.000 millones de euros exportados el pasado año, sino que es Francia con 60.000 millones, seguido de Alemania con 37.400.

La misma fuente destaca que los sectores de productos importados al país vecino son principalmente bienes de equipo y de consumo, destacando la automoción y los productos energéticos. En este sentido, desde Marruecos se potencia la llegada de inversiones. A finales del pasado año, entró en vigor la Carta de Inversiones que recoge los principales objetivos en esta materia. También desde el Gobierno han lanzado programas como El “Plan Maroc Vert” o “Stratégie Génération Green 2020-2030” para el sector agrícola.

Pese a todo, España no se ubica en primer lugar en la lista de países inversores en Marruecos, aunque sí ocupa ese lugar como proveedor del mercado marroquí. En el 2021, 17.600 empresas españolas exportaron a Marruecos, según la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Las empresas marroquís filiales de españolas ascendieron a 524. Componentes de automoción, material eléctrico, tejidos y combustibles son los principales productos que España exporta.

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Inversiones ferroviarias en Egipto

Pero además de Marruecos, el español mira hacia Egipto, no sólo como un hermoso lugar para pasar las vacaciones y revivir una de las civilizaciones más poderosas, con sus misteriosas pirámides y sus impresionantes historias, sino también como un lugar donde invertir. No hace ni un año que, con el fin de que Talgo se consolide en este país, el Consejo de Ministros aprobó un préstamo a la Egyptian National Railways y al Banco Central de Egipto por valor de 200 millones de euros. Las inversiones en infraestructuras ferroviarias son una interesante realidad en este escenario de oportunidades comerciales, que se extienden además a los sectores de energías renovables y tratamiento de aguas.

En 2022, los países europeos fueron los principales destinatarios de las exportaciones egipcias, y España, al igual que en el caso de Marruecos, junto a otros países del Mediterráneo como Italia y Grecia quienes encabezaron la lista. Uno de los principales productos enviados a Europa fueron los hidrocarburos, que aumentaron debido a la guerra de Ucrania. Aunque, precisamente, este conflicto bélico, después de la pandemia, sirvieron al Gobierno egipcio como excusa para aplicar medidas restrictivas al comercio.

Las relaciones comerciales, según se refleja en un informe del ICEX, entre España y Egipto están por debajo de su potencial, aunque creciera el pasado año por las exportaciones de gas natural del país africano a España por la guerra de Ucrania y la situación de Argelia. Con respecto a la UE, España pasó de ser el 6 al 4 proveedor, detrás de Alemania, Italia y Francia.

Y si Marruecos es el primer mercado español, Egipto es el segundo mercado africano. Las empresas exportadoras fueron 1.330 en el 2022 y las importadoras, 447.

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Gizeh Pyramids, Egypt

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El mercado tunecino

Otro de los países del norte africano a los que mira España es Túnez. La Unión Europea es el principal mercado de exportación de este país, siendo Francia e Italia los principales mercados de destino mientras que España ocupa el cuarto lugar.

Entre los productos que importa Túnez destacan el petróleo y refinados, gas natural, máquinas, aparatos eléctricos y los relacionados con el sector turístico; y exporta máquinas y aparatos eléctricos complementos de vestir, combustibles y grasas y aceites vegetales.

España no estaría entre los principales países inversores, puestos que ocupan Francia, Catar e Italia. En 2022, España fue su séptimo proveedor mundial, con una cuota de mercado del 4,1%; y su cuarto cliente, con el 4,5% de cuota, según el Instituto Nacional de Estadística de Túnez.

No obstante, hay que destacar que Túnez es un socio prioritario para España con quienes se está intensificando las relaciones. No olvidemos tampoco su atractivo turístico que le convierte en el segundo país africano que más turistas extranjeros recibió el pasado año con casi seis millones y medio, adelantado sólo por Marruecos.

Su país vecino, Libia, cuenta con importantes reservas de petróleo y de gas natural. Este hecho, convierten al país en un foco al que mirar, aunque cierto es que la inestabilidad política y la inseguridad que vive provoca importantes recelos. Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, en junio de este año, se desplazó a Trípoli una misión comercial compuesta por diez empresas españolas para intercambiar experiencias y posicionar a dichas empresas en este país. En 2021, según las mismas fuentes, las exportaciones españolas ascendieron a 310 millones de euros, un 2% más que en 2020, destacando productos como combustibles, animales vivos, cerámica y automoción. En cuanto al número de empresas exportadoras a Libia este fue de 330, un 27 % más que en 2020.

África tiene una parte que no podemos olvidar. Pero también este continente es más que esas memorias que de la mano de Robert Redford y Meryl Streep enamoraron a medio mundo. África va despertando y quiere apostar, avanzar.  África podría ser una mariposa que muestra sus alas llenas de color y que empieza a volar para atraer las miradas de muchos otros países y España…no se resiste.