Project Mexico
El Premio de Periodismo Alemán "Walter Reuter"
Tengo el privilegio de participar desde hace algunos años como jurado del Premio Alemán de Periodismo "Walter Reuter", un galardón que no sólo estrecha relaciones entre México y Alemania sino que fortalece la democracia, la pluralidad y el buen periodismo.
Sus genes le dan esa particular potencia: este premio anual heredó la preocupación de los demócratas alemanes que, tras la segunda guerra mundial, pero sobre todo, tras el criminal régimen nazi, idearon un conjunto de instituciones para protegerse y contribuir a proteger al mundo del autoritarismo y la locura.
En México se conocen bien las fundaciones políticas alemanas, pero se sabe poco de este origen demócrata. En 1932, con el 30 por ciento de los votos, Adolfo Hitler se hizo de una considerable fuerza legislativa que lo hizo primer ministro y un año después, en una nueva elección, comenzó el Tercer Reich con el 44 por ciento de los votos. Esto quiere decir que lo que pasó en Alemania sucedió con el consentimiento electoral. El voto popular legitimó a una fuerza criminal y autoritaria.
Ese resultado no condujo a pensar que el voto popular fuese una herramienta inadecuada para renovar autoridades, sino a preguntarse por qué esa herramienta había dado ese resultado. La respuesta es casi obvia, pero por eso, difícil de ver: por falta de formación política. Para remediarlo, el Estado alemán incluyó en su sistema político instituciones adicionales para formar ciudadanos demócratas que sin distingo ideológico, fuesen guardianes del Estado de Derecho ante los riesgos siempre presentes del autoritarismo.
Así nacieron el siglo pasado fundaciones como la Friedrich Naumann (liberal), la Rosa Luxemburgo (de izquierda), la Konrad Adenauer (demócrata cristiana), la Friedrich Ebert (socialdemócrata) o la Heinrich Böll (verde). Todas ellas comparten valores ideológicos con alguno de los partidos con representación en el Legislativo, pero no están afiliadas ni subordinadas a estos. Su financiamiento proviene del Estado alemán, no de los partidos, y es una bolsa común que se distribuye en función de los resultados que cada sector ideológico obtenga en las votaciones legislativas.
La idea, que yo encuentro brillante, es que las fundaciones se dedicaran a la formación cívica con incentivos distintos a los que mueven a los partidos. Las fundaciones no buscan electores, buscan ciudadanía formada e ideológicamente afín. Para eso organizan conferencias, tienen labores de divulgación, publicaciones, becas, seminarios y constante intercambio con organizaciones afines en todo el mundo.
Cada año, las cinco fundaciones alemanas, junto a la Cámara Mexicana Alemana de Comercio e Industria, el Instituto Goethe, la Deutsche Welle y la embajada alemana en México, se alían para dar vida al premio Walter Reuter y le aportan ese fantástico legado político.
El premio, además, toma su nombre y parte de su espíritu de la trayectoria del periodista alemán refugiado en México en 1942, justamente en la época que tanto brillo aporta al rol de México en el mundo, ese momento en que nuestro gobierno y nuestra sociedad recibió a centenas de demócratas y fascistas, les dio un nuevo hogar y se nutrió de ellos. El nombre y el legado de Reuter no sólo refleja esa etapa política mexicana, sino también un momento de reconocimiento sociológico interno que no iba a la par de la industrialización pero que sí se reflejaba en el arte, la literatura, el periodismo y, por supuesto, las fotografías de Reuter.
Fue tan importante México para el fotógrafo y el fotógrafo para México que su archivo en Cuernavaca, con más de 97 mil negativos y 12 mil impresiones, todas con imágenes sobre este país, fueron recientemente registradas en la Memoria del Mundo de la UNESCO. Su valor estético, histórico y cultural es tal, que vale la pena que el mundo las proteja y que un premio de periodismo que acerca a los mexicanos con los alemanes, en un contexto de defensa de la democracia, lleve su nombre.
Cada edición, el tema es distinto. Hemos deliberado sobre reportajes y registros gráficos alusivos a migración, feminismo, desafíos económicos, desigualdad y pobreza, constatando cada vez que el periodismo mexicano produce información rigurosa, pertinente y de calidad. Este año el tema de la convocatoria es complejo y fascinante: la democracia más allá de las elecciones. Estoy segura de que recibiremos videos, textos, podcasts, caricaturas y fotografías que ponen en alto la dignidad de la profesión y el ejercicio de la libertad de expresión en el marco de un profundo cambio político nacional.
Estoy segura también de que el premio podrá acompañar a los mejores periodistas de México en el difícil camino de la profesionalización, el intercambio y la brega por la libertad, indispensables para un periodismo crítico y relevante para proteger la democracia más allá de las elecciones.
Ivabelle Arroyo, es periodista y columnista, además de ser jurado del Premio de Periodismo Alemán Walter Reuter.