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EMPRENDIMIENTO
Perspectivas sobre formalizarse en el mundo empresarial

De la informalidad a la formalidad, prácticas legislativas para la creación de empresas
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© Roberto Carlos Román Don via Unsplash

En México, la gran mayoría de los negocios comienzan en la informalidad. En la actualidad, el 55.23% de las personas que trabajan lo hacen en la economía informal. Decidir entre seguir este camino o formalizarse no es solo un tema de papeleo y reglas, es un punto clave que define el futuro y la estabilidad de cualquier negocio.

La informalidad abarca a una gran cantidad de microempresas, PyMES y otros trabajadores informales, incluyendo aquellos que laboran por su cuenta en la agricultura de subsistencia o sin tener acceso a la seguridad social. En total, suman alrededor de 32.1 millones de personas, afectando significativamente a las mujeres.

Aunque muchos optan por la informalidad debido a la falta de recursos, conocimiento o por la facilidad que ofrece, esto también trae consigo vulnerabilidad laboral y excluye a quienes trabajan del sistema económico del país, generando pérdidas significativas en términos de desarrollo. Se estima que la economía informal en México representa una pérdida de 2.7 billones de pesos. A primera vista, la informalidad parece atractiva al evitar papeleos, reducir gastos iniciales y brindar una sensación de libertad. Sin embargo, esta aparente ventaja a corto plazo puede ser una trampa a largo plazo. Operar sin formalidad puede limitar el crecimiento y la estabilidad del negocio, dejando desprotegidos tanto los activos del negocio como el patrimonio personal del emprendedor.

Según datos del Banco de México, la informalidad laboral impide que los establecimientos comerciales crezcan en promedio, pasando de tener 6.3 empleados a contar con 26.6 empleados, lo cual sería posible si todas las empresas informales decidieran dar el paso hacia la formalidad.

Por otro lado, la formalidad empresarial ofrece seguridad y un crecimiento sostenible. No se trata solo de cumplir con trámites legales, sino de comprometerse con la transparencia, la estabilidad y el progreso. Al registrarse como una empresa formal, se abren puertas a una serie de oportunidades, desde beneficios fiscales hasta la posibilidad de acceder a créditos, programas gubernamentales e inversiones privadas. 

La formalidad no solo beneficia al negocio en sí, sino que es fundamental para el desarrollo económico del país. La transición de la informalidad a la formalidad contribuye a crear empleos estables, aumentar la recaudación fiscal y fomentar la confianza en el entorno empresarial.

Este análisis elaborado por la Asociación de Emprendedores de México y la Fundación Friedrich Naumann profundiza en figuras como la SAS y el RESICO y propone 10 recomendaciones para seguir fomentando la creación de empresas formales y facilitar su gestión.